¡Semos unos máquinas! Domingo inmejorable el que hemos vivido en los Luis Aragonés derrotando, con contundencia, a los hasta ahora líderes de la clasificación. Un domingo que será recordado por esta victoria abultada y por gritar sobremanera durante el tercer tiempo. Lo que a continuación se expone es el relato de los acontecimientos que llevaron a unos pocos valientes uniformados de sangre al lugar donde sólo descansan unos pocos, la Gloria.
Comenzó el partido con dominio y toque por parte de Motor Carrera mientras que Los Ángeles veía el balón muy de vez en cuando y a través de pelotazos a sus delanteros que solían terminar con saque de puerta del camarada Chocho. En ese escenario se movían bien las hordas de MC con un Víctor que abría con criterio, un Luis que desbordaba -casi- siempre y un Álvaro que conseguía, como suele, bajar todo proyectil que venga del cielo; y a consecuencia del buen juego, una falta al borde del área rival fue aprovechada por Víctor tras golpeo potente de Rubén y desvío de sólo Dios nuestro Señor sabe quién, para empujarla a placer y ponernos por delante en el marcador. Por los mismos derroteros seguía la primera parte, defensa acertada, bandas activas y peligro constante (y por parte del rival: balones al área que pillaban desprevenidos a sus propios delanteros). Todo esto hasta que el partido se rompió a unos seis minutos del descanso cuando el trencilla decidió expulsar a Pedro por un quítame de aquí este balón; adversidad tal que sólo podía superarse por la muy manida teoría de que el destino se divierte con nosotros, y a la salida del saque que motivaba la expulsión un gol en propia puerta daba alas a un rival que estaba agazapado sin poder ofrecer su fútbol.
La segunda mitad fue, de largo, de Motor Carrera y fue, además, la mejor de la temporada y uno de los mejores instantes de fútbol de nuestros años como rapiñas del gol. Un buen juego por el centro, basándose en una defensa férrea, permitió desinflar a Los Ángeles hundiéndoles en la dolorosa derrota que, si he de ser sincero en algo, es menos dolorosa cuando se pierde contra un equipo tan noble y de alto estima como Motor Carrera. Un buen centro de Charlie tras jugada hilada por bandas permitió a Chechu entrar al primer palo y marcar un buen gol que nos devolvía la hegemonía no ya sólo del juego, sino también en el marcador. Sus actuaciones fueron, desde aquí hasta los fines, una improvisación de balones a la olla y a su CR particular que dejaron tales espacios en sus maltrechas defensas que permitieron a Álvaro no una, ni dos, ni tres veces con opción de gol -para comentario al respecto, váyanse a las notas del redactor- pero sin embargo fue el propio rival, tras buena jugada de Víctor, el que se marcaría en propia, devolviendo el favor nuestro de la primera mitad, otorgando un 3-1 que permitía seguir aliviados y continuar, como hasta la fecha, fallando lo que no está escrito ni en la Biblia ni el Corán. Durmiendo el partido, defendiendo como leones y saliendo a la contra como pocos logramos el cuarto gol, definitivo a la postre, por obra de nuestro ‘9’, Álvaro. Despejando balonazos que caían del cielo y poniéndonos, como pocas veces, rudos defendimos los tres goles de diferencia y terminó un encuentro que será rememorado por nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.
Notas del redactor:
- Ausencias en el equipo de Motor Carrera que, por suerte, no fueron decisivas: Toni, convocado por Inglaterra y Marco haciendo de papá dominguero imaginamos. Además hubo gente que llegó con el partido ya empezado como Fernandito que llegó corriendo (equivocaría la hora, para costumbres las suyas) y Pedro.
- Haciendo gala de su condición de socia número 1 y de la solidaridad de Motor Carrera hacia su público de dar entradas 2x1, Rocío se trajo de acompañante a José, su hermano y a la vez cuñadísimo de Chechu. Seguimos aumentando el número de seguidores seguramente, influido por nuestro juego.
- En lo que a goleadores se refiere, Víctor se coloca con tres goles a uno del pichichi Toni, que ahora comparte galardón con Álvaro; a la vez que Chechu se estrenó con un remate de cabeza inapelable. Como habrán llegado hasta aquí llenos de intriga para saber qué era eso de Álvaro a contar en la crónica no puedo dejar al público sin su “premio”: Luis deja sólo a Álvaro, pero no sólo más o menos cercado o sólo como el café; no, niente, sólo como el maldito Tom Hanks en Náufrago y aún así, con tiempo para pedir una pizza, estudiar toda su carrera de físicas y parte de la de su primo de caminos hizo lo más estúpido: tirarle un caño al portero que, como no podía ser de otra manera, no entró. Tampoco lo hizo otra jugada de banda con pase de la muerte al mismo protagonista que tiró como dos metros por encima de la portería, o un córner que llegó hasta el segundo palo donde libre de marca estaba, ¡oh!, Álvaro y tiró un brazo a la derecha del palo. O….o….o….no quiero hacer demasiada sangre; sólo advertir que el destierro es una forma de vida en este, nuestro club y Álvaro, está advertido desde ya. Como se oyó desde la banda, quien le tuviese en el Comunio la ha liado parda esta semana.
- Chocho, por el contrario, invocando a Lenin, Marx o a Kim-Jong-Il en su semana de pasión, sacó todo lo que llevaba dentro (no literalmente, que asquito) para hacer uno de los mejores partidos que se le recuerdan con un repertorio de pies y manos que desquició al rival y a alguno que otro en aquel despeje-puñetazo que vive Dios que creí ver dentro. Sin embargo, el trabajo del Zamora de la Liga fue de 10 en todo y, al contrario de nuestro delantero, sería una apuesta segura para el Comunio o Liga Fantástica Marca aunque nada pudiese hacer a mi gran remate de cabeza.
- Lo relacionado con el equipo rival no hay demasiado donde meter mano salvando ciertas excepciones como su petición constante de cosas, su Cristiano Ronaldo particular que hacía tantas bicicletas en estático que parecía tener complejo de Contador (no sabemos si por los chuletones que se mete o por otra razón), además bicicletas, añado, que no tuvieron final feliz en ningún momento porque, si fuese Cristiano Ronaldo de verdad estaría pensando en el Barcelona y no jugando la Liga del barrio. Sin entrar en más valoraciones, si juegan normalmente como hoy no parecen nada del otro mundo como para haber estado líderes hasta el día de hoy.
- Árbitro originario de las provincias ultramarinas de España que ya nos arbitró en la primera -y nefasta- jornada por los mismos derroteros: ceguera en los empujones (de eso vino el gol rival ya que me empujan previamente), frases como “el silbato juega” o, puesto a achantarse ante los gritos del pelo mohicano rival, expulsar a Pedro por dejar el balón en el suelo rodando a una velocidad parecida a la de un escarabajo huyendo de una muerte segura a manos de los…lo que sea que coma escarabajos. Sin embargo, y aunque con su sempiterna sonrisa no dan ganas de criticarle desde aquí le hacemos un llamamiento para que mañana mismo acuda con urgencia a un peluquero que le arregle eso que alguien le dejó en la cabeza y que le vendieron como moderno y cool.
- Un tercer tiempo discurrido entre más gritos de los normales (por lo divertidos y alegres que andábamos) en la habitual Cervecería Burgos que ya debería dejarnos mesa reservada. Tras ello, la siempre entretenida partida de Los Colonos de Catán en casa de Álvaro que se suspendió por cena de sus habitantes y que no se reanudó por mariconería, ya exagerada después de fallar lo de hoy, del propio Álvaro.
Ese batiburrillo de ideas es lo que un servidor recuerda del partido en el que Motor Carrera se dio cuenta, o eso espero por nuestro bien, que podemos estar arriba. Ya saben, añadan lo que les pida la cabeza, el corazón o el arco del triunfo.
La batalla quedó en empate. Pero el empuje de Motor Carrera no tiene parangón
