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RESULTADOS:        United 3 - 2 Motor Carrera

lunes, 22 de diciembre de 2014

Un palo por Navidad

Resultado

Hay mucho de gloria sórdida en llegar felices a la orilla para que un tiburón blanco te devore cuando ya tienes un pie puesto en la arena. Os Chufis hicieron de tiburón para unas hordas blancas que se las prometían muy felices tras la victoria del pasado domingo pero que hizo gala de su máxima expresión: cágala cuando lo tengas a huevo; en la victoria fácil no hay honor, ni recompensa, ni vírgenes esperándote en tu cuarto.

El campo pequeño tampoco ayuda, pero no es excusa. Comenzamos el partido con ataques peligrosos de un rival que, por suerte, no terminaba de marcar. Misma suerte tuvieron ellos cuando dos claras jugadas nuestras no terminaron en gol. Una primera parte de esas sin historia, que te vas al descanso 0-0 pensando ¿pero qué mierda es esta?

Parecía que se encarrilaba el partido con el gol tempranero de Marcos tras recibir Álvaro de espaldas, girarse y poner un balón dentro del área que el ex coleta se encargó de transformar. Un resultado favorable que llevó la relajación al equipo y ya se sabe: Motor Carrera relajado, goles en bragas. Así llegaría el empate y el segundo tanto de Os Chufis, en sendos mano a mano que Chocho no pudo atajar (sí paró otro que nos hubiese puesto 3-1 abajo en aquel momento).

giphy Reacción motorcarrerística a la remontada rival

Con el 2-1 en contra comenzaron las jugadas atropelladas y variopintas. Como mejor ejemplo la propia jugada del empate: un penalti señalado tras hacer Álvaro un ippon al rival que la trencilla paquete interpretó como penalti claro. El empate dejaba ciertas expectativas pero, como sucede en las discotecas, la realidad se empeña en ser más cruel que esos sueños y, en otra contra, Os Chufis lograron ponerse por delante en el marcador con apenas 4 minutos por delante. El asedio final no tuvo resultado y Motor Carrera sumó su segunda derrota de la temporada que le deja a tres puntos de los líderes una vez terminada la primera vuelta. No nos confiemos y no se confíen ellos, el camino todavía es largo.

Datos de (des)interés:

  • Fernandito volvió a ser baja debido a una enfermedad no especificada y Marco, el pobre, jugando a la pelota con los niños. De Rubén este redactor no tiene datos de su ausencia.
  • Primer partido de Justito, y quizá el último, en la temporada 2014/2015. El mismo día del partido preguntó a este vuestro amigo, capitán y vice dueño y señor de este vloj si iba a ver palito contra él y yo, querido público, me debo a mis fans y no le decepcionaré: Con gorra texana apareció y con piropos al estilo Texas se marchó. Entre medias, dejó la mejor constatación de esa máxima del fútbol que reza que se juega como se entrena: nada. No pudo sacar ningún córner, algo que seguramente le entristece mucho y su contribución a las asistencias, su gran aportación según él mismo narra, fue nulo. Aún así, vino conjuntado y cedió su camiseta al final del encuentro. Sudada, para que Marcos la guarde con cariño y admiración.
  • En la grada la sempiterna Mar, que no abandona al equipo tuvo la desgracia de estar sentada junto a Satán. A saber: el dúo María Rosa – Julia. Su segunda presencia en el banquillo coincide (nunca es coincidencia) con la segunda derrota de Motor Carrera. Compensan su gafe con un saque propio de este grupo a la hora de beber alcohol pero desde estas páginas solicitamos que acudan a la consulta de la Bruja Lola para quitarse ese mal fario de encima.
  • La tabla de goleadores (atiende, Marcos) sufre una pequeñísima variación: el nuevo fichaje se coloca en cabeza al completar la decena de goles en la primera vuelta PERO a tan sólo un gol de mi persona. Álvaro sumó su quinto tanto, de penalti, tras dos lanzamientos de falta más propio de nosotros, mortales, que del único que sabe jugar (¿de puntera desde la frontal? ¿En serio?).
  • Chocho hizo un gran partido y poco pudo hacer en los tres goles encajados. Sus paradas, no obstante, impidieron a Os Chufis alejarse en el marcador y que nosotros siguiésemos con esperanzas.
  • El momento cómico-taurino, en esta ocasión, han sido ¡dos! El primero tiene por protagonistas a los hermanos Méndez: Córner a nuestro favor, uno que se dispone a sacar y el otro que se aleja de cara a él. El resultado fue que el saque de ‘el 10’ tuvo un obstáculo no deseado: su hermano, ‘el 11’. Por suerte el balonazo fue más a la tripa que a la huevada y no corre peligro que uno tenga hijos y el otro, sobrinos. El segundo a la familia abonada a aparecer en esta sección: Soto; en este caso, el pequeño. Roberto nos ha sorprendido con sus aficiones de lo más variadas (este verano, su piscina. No digo más) pero no sabíamos de su incapacidad física para sacar de banda. El aparato psicomotriz del joven Soto no articula para levantar los brazos, pasarlos por encima de la cabeza y soltar un balón. En muchas ocasiones lo demostró ayer, llegando al TOP de la torpeza en un saque digno de El Langui: el balón avanzó 20 centímetros. Desde aquí se exige a Roberto que entregue el balón a otro y se disuelva.

VO9ROu2 Pepe siempre fue un modelo para los Soto

  • Como últimamente venimos demostrando, tercer tiempo fuerte. Mucha cerveza, incluso copas, para conocer a la novia no-novia de Álvaro. Una pareja perfectamente conjuntada ya que ambos se marcaron un estilismo de camisa de franela de cuadros que creaba una estampa muy romántica (“oh, qué monos, se dicen por guasáp qué ponerse”, se llegó a escuchar entre los asistentes). También tuvimos la oportunidad de comprobar cómo en ocasiones el ojo humano es engañado vilmente por las artimañas de las féminas: descubrimos que, en nuestro grupo, hay una Pechotes. María Rosa y su material gráfico cortaron de raíz aquella expresión de que dónde no hay no se puede sacar. Vaya si sacó…

Cerramos pues la última crónica del año; nos hubiese gustado poder contar que el asalto al liderato había terminado y comenzaba la operación mantenerlo. Sin embargo, no ha sido así. Pero impasible el ademán, todavía queda tiempo, partidos y ganas para dar la vuelta a la situación. Somos Motor Carrera, cojones. ¡Fuerza y honor! Y, claro; no olvidéis la última convocatoria del año: el próximo domingo, comida navideña.

funny-soccer-pics Este domingo a Motor Carrera se le olvidó cómo jugar al futbol.

 

Escrito por: Xaime Méndez Baudot

lunes, 15 de diciembre de 2014

La victoria de Jake LaMotta

Resultado V

Con la primera luz del quinto día, al alba mirando al este no llegó Gandalf sino Motor Carrera. También, como el viejo, de blanco que no empaña. Una muestra de épica, pormiscojonismo y entrega llevó a este nuestro equipo a lograr que el otrora Invictus de la Liga se apareciese como un mortal más capaz de perder. Y de ganar, claro. Pero a lo que vamos: ellos perdieron, nosotros ganamos.

Desde el principio se vio la equidad (equidad significa igualdad, ya sabes a quién te lo digo) entre los dos primeros clasificados de la Liga. En el rincón sur, con camiseta amarilla tonalidad chaleco del coche, los líderes y hasta ayer con pleno de victorias: Míticos La Curva. De este lado, blancos impolutos, las hordas motorcarrerísticas luchaban por no dejar al rival sacar el balón limpiamente sabedores del peligro de su número 10 (de nombre Charlie y conocido de los vividores de Santo Domingo, lo que nos lleva a la siguiente reflexión: ¿nos equivocamos de Carlos?). El partido no tenía un dominador claro y las ocasiones eran escasas, aunque las suyas con bastante más peligro que las nuestras que un inspirado Chocho, que empieza a recordar al Zamora liguero, dejó en nada. Nuestros pequeños momentos llegaron con un disparo lejano de Víctor que el portero sacó de la escuadra, momento en que se cruzaron los gritos de “¡bien, tío!” de su equipo y los “¡será joputa!” del nuestro. Parecía que el partido se iría con empate a cero al descanso, sobre todo porque el colegiado avisó de que quedaban 30 segundos. Minuto y medio después de ese aviso, y con un jugador rival camino del hospital (no tuvimos nada que ver), Míticos de la Curva se adelantaban en el marcador en una jugada un tanto extraña que empezó con un paradón de Chocho y acabó con el árbitro pitando el final tras el gol. Uno de esos que llaman psicológicos y que hizo que ellos se fuesen alegres al banquillo y nosotros con cara de ir perdiendo 4-0.

tumblr_n8gloxmVOv1rmuoc2o5_500 La felicidad de Míticos de la Curva durante el descanso

¿Gol psicológico decía? Los cojones. Con un cuchillo (de nuevo, metafórico) entre los dientes saltamos de nuevo al campo, conscientes de que no podíamos plantear esta segunda mitad en el modo “a ver si cae uno”, sino que había que buscarlo. Y cuanto antes, mejor. Dicho y hecho. Al poco de reanudarse el encuentro, un balón en la banda derecha es recibido por este cronista que no tiene nada de humilde y ahora sabréis por qué: los cielos se abrieron como el día en que nació Kim Jong-Un y el ‘10’ sorteó rivales cual enano del Barça (nos asemeja lo de enano, nos distancia el Barça, millones de euros y el coeficiente intelectual) para plantarse sólo delante del guardameta rival y esta vez sí, batirle.

messi03 Parecido mas que razonable entre el cronista habitual y el puto Frodo

Un empate temprano que nos alegraba la tarde, aunque cierto es que duró poco. Minutos después, ese Charlie de Santo Domingo que no es nuestro Charlie tiró de efectividad para, en su primer tiro y desde la frontal del área, poner el balón abajo y pegado al palo. Golazo que quedó de fotografía gracias a la estatua de Chocho. Si el Plus le hiciese a él tantos primeros planos como a Casillas cada vez que no juega, por seguro se habría podido leer de sus labios “suputamadre”. Así, seguido. Sin espacios.

Otra vez a contracorriente, un hábitat natural para los componentes de Motor Carrera ya sea en un campo de fútbol o en la barra de un bar cualquiera, el partido se complicaba. Entonces salió a relucir el pormiscojonismo (movimiento fundado por Pormisco Jones: el primer hombre que tuvo la osadía de decirle a su novia que ese vestido que tanto le gusta y que se ha probado le queda mal): trasladado al fútbol esto es jugar como boxeaba Jake LaMotta: encajando golpes, encajando más golpes pero nunca cayendo. Empezamos a apretar con nuestro juego rústico que se define en bandas, sí; pero a pelotazos. Una jugada parecida a la del primer gol (oh, cielos del universo, abríos ante mí) tuvo como resultado una peligrosa falta al borde del área. Y allá que fue Pedro, que se teletransportó desde nuestra defensa al área rival con la misma rapidez con la que deniega créditos. El perfil era de zurdo, ya probado como tirador este redactor vuestro, pero Pedro es mucho Pedro. Entonces se dio una conversación sin apenas movimiento de labios (es difícil, probad) que a continuación transcribo:

Pedro: ¿la quieres tú?

Xaime: o tú, a mí me da igual.

Pedro: psé, tú dirás. A ver cómo ponen la barrera.

….

(se pone la barrera)

Pedro: ¿entonces?

Xaime: no sé, ¿para mí?

Pedro: vale pe…

Xaime: o para ti, ¡yo qué sé!

Pedro: no sé

Xaime: venga, tú.

Pedro: ¿yo?

Xaime: tú

Pedro: ¿yo?

Xaime: tú

A dúo: ¡¡GOOOOOOOOOOOL!!

Pedro clavó el disparo a la escuadra del portero, con la colaboración subterfugia de Luis al tapar al portero con sus rizos dorados. Empate, once again. Y un tiempo por delante para seguir siendo lo que siempre hemos sido: férreos detrás y a confiar en Marcos, Diego, Luis o Xaime arriba. Y como la fe es ciega allá apareció perseguida por Marcos en un balón dividido: entró al área rival encarando al portero con un defensa montado a caballito (literal) pero Marcos no es un Dani Alves cualquiera y dijo apartatron, que yo quiero tirar. Y tiró. Y marcó. Y nos adelantamos en el marcador. Y los gritos de Fer se oyeron en su antiguo sanatorio donde empezaron a llorar al echarle de menos mientras recordaban sus partidas de Colonos de Catán.

Quedaban cinco minutos de agonía. Míticos La Curva en tropel se fue al ataque y a Fer le dio un aire (quizá porque sabía que en su sanatorio se habían acordado de él) y comenzó a hacer cambios extraños. Un poste del rival nos puso los huevos de corbata y el patapúm parriba que tanto nos gusta llegó a su máxima expresión: cualquier balón que cayese en una bota de Motor Carrera acababa por los aires y lejos, muy lejos. Con el rival lanzado al ataque y con un minuto por jugarse, Chocho lanzó en largo para que la disputase yo (sí, el más alto del equipo) de cabeza. La pelea no la gané, pero el mal despeje del defensa provocó un dos contra uno: Víctor y este al que están leyendo contra él. Pim (Víctor) para pum (yo) y el cuarto gol que subía al marcador para alivio de Motor Carrera y desesperación de Míticos La Curva. Y así terminó el partido, con todos entusiasmados y cansados a partes iguales y con la sensación de deber cumplido.

malditos_bastardos Míticos, quedaos ahí quietecitos hasta la segunda vuelta

Datos de (de)interés:

  • Las bajas, siempre hay bajas (y menos mal), corrieron a cuenta del eterno padre, Marco; Fernandito, que hizo de entrenador por un extraño proceso estomacal; y del benemérito 2, Rubén, que prefirió no cansarse antes de ver cómo el Atleti perdía la oportunidad de ponerse segundo. Al menos nadie le podrá quitar la alegría de ver la victoria de Motor Carrera al conectarse al guasá.
  • Como público asistente contamos con el dúo cántabro-palentino. Mar y Bea (que si lo leéis seguido y rápido parece una marca de cosméticos femeninos) aplaudieron a cubierto, no fuese a llover. No seré yo quien lo diga pero dos presencias de Bea, dos victorias. Por el lado contrario y ya que dicen que nunca menciono, cabe destacar la deserción de las antiguas animadoras Julia y María Rosa. Su talismán es contrario al de Bea: no vienen, ganamos. Aun así, arrieritos somos…
  • Álvaro ya no sabe cómo conseguir un epígrafe (para quien tú ya sabes: epígrafe es cada uno de estos puntitos) y ahora se ha convertido en el fichaje de invierno de Motor Carrera. Todos los años hace lo mismo pero este se le ha ido más de las manos. Quiere ser un laker y acaba aceptando que eso es de loser y que lo chulo es ser de Motor Carrera.
  • Con mi doblete y el tanto de Marcos se produce un empate al frente de la tabla goleadora entre el fichaje y el clásico. Esto es como con Raúl: siempre fichaban a alguien pero al final el que estaba era él. La carrera continúa.
  • Chocho, ya mencionado en la crónica, cada vez se parece más a aquel portero gracias al cual se ganó una Liga. El año pasado parece ya olvidado de su memoria y tuvo una actuación destacable con varias paradas de mérito. Eso sí, si crees que eso te va a valer para tener unos guantes nuevos…vas listo.
  • El momento cómico-taurino en esta ocasión es de menor intensidad debido, Dios sabe por qué, a que parecimos un equipo serio la mayor parte del encuentro. Pero destaco algo que, de nuevo, tiene a Chocho por protagonista. Con 3-2 en el marcador y con 5 minutos para el final, Fer (que era nuestro entrenador ayer) empezó a gritar a diestro y siniestro, a hacer cambios extraños y a mover los brazos así como si nadase en el aire. Chocho, de empatía selectiva, no pudo más que contagiarse del nerviosismo y comenzó a hacer molinillos con sus brazos a la vez que expulsaba por su boca “¡FER! ¡Cállate hombre que me estás poniendo nervioso a mí y verás la que se lía!”. Pues eso, un cómico-taurino algo light.
  • Y lo que no fue light (cómo hilo temas, ¿eh?) fue el tercer tiempo en la Cervecería Burgos. La victoria lo merecía y la cerveza no faltó, las conversaciones a gritos tampoco y los vaciles correspondientes.

El asalto al liderato, como se emplazó desde este VLOJ en el vídeo, ha comenzado. Con buen pie. Con un gran partido y, sin que sirva de precedente, el cronista da la ENHORABUENA mayúscula a todos los que participaron (y a los que no pudieron venir pero han hecho posible el segundo puesto) en la batalla. Con buen pie y sin creernos nada este año puede ser bonito de disputar. ¡Hasta la Victoria final!

Sin título-1 La afición entusiasmada con el equipo

Escrito por: Xaime Méndez Baudot

lunes, 1 de diciembre de 2014

Blitzkrieg

Resultado

La guerra relámpago de Motor Carrera (Blitzkrieg para los que no supiesen qué significa el término) tuvo el domingo 30 de noviembre un nuevo episodio de JLORIA HINFINITA: la mayor goleada ever de este nuestro equipo. Las ignominiosas tardes de fútbol sala del ya muy lejano 2007 han dado lugar a esta nuestra venganza en forma de victorias incontestables que ni el más pintado se podía imaginar. Más con la idiosincrasia del equipo: capaz de ganar a los primeros de la Liga y de hacer amigos regalando puntos a los peor clasificados.

Ayer dejamos la solidaridad para los bancos de alimento y salimos a ganar sin sentimentalismo, lo que se tradujo rápidamente en el primero del decálogo goleador que expusimos ayer en la Universidad del Balompié. Un robo cerca de su área y un tiro ajustado al palo fue el primer mandamiento. El segundo, tras alguna jugada interesante que dejó a Marcos lamentándose por fallar y a Luisillo con cara de perro abandonado al no recibir el balón, fue obra del banquero ronero. Una falta, especialidad de Pedro incluso más que los créditos sindicados, que el ‘4’ convirtió con fuerza. El partido contra el colista (que además no contaba con cambios) ganaba en facilidad merced a la lesión de su extremo derecho, que intentó seguir con un esguince y que, lesionado, consiguió hacer un caño a Luis. Esto supuso para él lo más que podía aspirar en el partido y acto seguido se fue al suelo y comentó, con voz doliente, que él ya había cumplido y que pasaba de joderse más. Con razón, por otro lado.

Con un boquete en su banda, la facilidad de acceder por ella hasta el área rival era inversamente proporcional a la dificultad que encontramos para pasar del “hola” al hablar con una chica en una discoteca. Así llegó el tercer punto del decálogo, obra del webmaster/delegado/extremo y, desde esta semana, ingeniero con trabajo (¡viva!). Desde nuestro flanco izquierdo, Marcos enlazaba regates hasta que vio llegar a Luis, le cedió el balón dentro del área y el astur puso el punto final a la jugada.

Felicidad era la palabra (para Motor Carrera, no para Los Navalucillos; pero este vloj no es imparcial así que eso, felicidad) y aún crecería más antes del descanso. Dos goles más, para ser exactos, del capitán/redactor. El cuarto tanto -no pecaré de modestia porque, además, no la tengo- fue un gran disparo lejano que, como mil veces se ha ido al descampado de detrás, esta vez entró por la escuadra sin que el portero rival pudiese hacer nada y dejando a todo Motor Carrera con cara de sorpresa. ¿Sorpresa? Lo habitual. Antes de irnos al descanso con la sensación de trabajo bien hecho (o como se decía en la Blitzkrieg: con la sensación de polacos machacados) dispusimos de una nueva falta peligrosa. Pedro cogió carrerilla para disponerse a realizar otro de sus disparos pero engañó al personal (aquí sí salió su alma banquera) y cedió el balón al ‘10’ que, tras acomodarse el balón en la izquierda porque con la derecha es peor que Di María, ajustó su disparo al palo derecho del portero haciendo la manita.

Tras la reanudación, los brazos caídos de Los Navalucillos eran evidentes y Motor Carrera decidió que la condescendencia se había quedado en casa y siguió apretando. Así, Marcos (que no había ‘mojado’ desde su fichaje) remató a puerta vacía una salida en falso del portero que habría firmado el mismísimo Topo, Él para sumar el sexto tanto. Entonces Fer decidió que era momento de ser palomero ignorando su puesto de defensa y ahí se quedó esperando algún balón. Lo curioso es que llegó en un duro disparo de Luis que Fernandito desvió para celebrarlo como si fuese el minuto 92:48 de la Décima. Acto seguido, extasiado de dar saltos y subir y bajar los brazos como esos muñecos de lucha libre que teníamos de pequeño, pidió el cambio.

Todavía dio tiempo para marcar tres goles más y redondear la cifra. El octavo, de nuevo Marcos que culminó una jugada de toque (sacrilegio para Motor Carrera) entre Rober, Chechu y el propio Marcos que remató de cabeza a puerta vacía un servicio de nuestro Freddie Mercury. El noveno, un disparo cruzado del abajofirmante que dio lugar al momento cómicotaurino del equipo rival al recriminar un compañero a su portero que su “gordura” les había costado un gol. “Vete a la mierda, quítate de ahí” fue el final.

cachogif.com_53bfc90cdd8caMomento en el que, el rival, ve a su portero ver pasar balones a su portería

Faltaba el gol de Luisillo, que buscaba con entusiasmo y que le creaba ansiedad. Y llegó. Claro que llegó. Recogió un balón suelto y con su habitual tranquilidad se colocó la pelota para reventarla. Gol de Móstoles. Algún contraataque fallido por falta de precisión en los pases es lo único, más allá de los goles, que destacar de un monólogo en el que Chocho fue espectador; salvo por su carrera para evitar un córner y dos paradas a tiros desde el centro del campo. El colegiado de ultramar pitó el final y la aplastante victoria quedó negro sobre blanco en el acta: 10-0 y para el bar.

Datos de (des)interés:

  • Apartado de bajas liderado por Diego, de servicio a la sociedad; Víctor, cuya primera novia le dijo que ‘sí’ y entonces pasó de nosotros. Su segundo plato…el despecho es muy peligroso, advertimos; y Marco, en comisión paterno-filial.
  • El público asistente se limitó a la voluntariosa Mar, que atendió a la llamada de la invitación cervecil de su novio aunque no estuvo atenta y se perdió el tanto del susodicho. De todas formas, agradecemos su presencia que sólo tuvo el lunar de no asistir por encontrarse, Dios sabe haciendo qué, en Marrakech.
  • La tabla de goleadores se aprieta con el póker de goles (expresión obtenida de la gran imaginación del periodismo deportivo del país) del capitán. Aunque Marcos sigue encabezando la clasificación, Víctor es relegado del segundo puesto (eso, por faltar). Fernandito se estrenó, al igual que Luisillo, en la faceta goleadora.
  • Creo un apartado nuevo: el otrora delantero FIFA elúnicoquesabejugaraesto ha digievolucionado a míster cuyastacticasypizarrasonlasquenoshacenmarcargoles. Así lo expresa cada vez que tiene oportunidad y justo es reconócele ese mérito de no perder el ego. Una pizarra que funciona.
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El entrenador total, celebrando un gol logrado gracias a su pizarra de ensueño.

     
  • El día de ayer merece otro apartado especial: Chechu. En el último día de movember, el gatete (¡miau!) decidió, cual felino, dejarse bigote. Bigotón. En este vloj somos muy mucho de bigotes y no entendemos el estigma social del que viene siendo objeto desde que terminaron los 80. Un bigote es viril, da un toque de distinción y queda elegante tocárselo mientras miras a alguien con la cara de juzgar y piensas “jodido mamarracho”. Bien por él aunque, si un pero hay que ponerle, es romper esa virilidad con la cinta de pelo que usa para correr.
  • Chocho bien, gracias. Dejó su portería a cero, lo que le hace sonreír más que de costumbre en un partido en el que no tuvo trabajo. Como es un chico con inquietudes, aprovechó la hora de encuentro para guasapear a su novia, reprobar la teoría de cuerdas y descifrar la piedra Rosetta.
  • Un 10-0 tuvo su momento cómico-taurino o, para ser exactos, esquizofrénico-taurino. Con el 6-0 a nuestro favor, Fernandito comenzó a escuchar voces en su cabeza. Esas que de vez en cuando aparecen y que le dicen cosas como “recuérdale al árbitro qué número eres” o “grita, grita; que algo queda”. En esta ocasión, esas voces le llamaban a subir al área rival, olvidar su puesto y obviar las voces de Pedro y del míster Álvaro que le pedían regresar a su posición. De hecho, Álvaro llegó a decirle que era el cambio seleccionado a lo que Fernandito, movido por esas voces, le dijo “espera, espera” mientras se agarraba a la portería rival como si fuese la camiseta de Pepe. Lo logró, lo celebró como se merece un 6-0 y se marchó. Feliz del trabajo bien hecho mientras esas voces le decían, mientras él sentía una mano pasando por su lomo, “good boy, good boy”.
  • El tercer tiempo tuvo temática especial: la celebración de que Luis, nuestro aeronáutico, ya no es parado. Una gran empresa cuyo nombre no diremos le ha contratado y hubo un “está tó pagao” versión aviones. En los campos del Sporting no faltó la panceta, lo cual sería sacrilegio, e incluso fuimos supporters de Old School en su encuentro contra los líderes. Una grada de animación que no fue talismán, ya que perdieron.

Un partido más, un objetivo cumplido. La maquinaria de guerra motorcarrerística funciona perfectamente y lo que más jode es que este puente nos corte la inercia. El próximo encuentro, todos concentrados, contra los líderes. Nos jugamos empatar con ellos a puntos. Así que ya sabéis: victoria o muerte, que decían otros guerrilleros.

Sin título-2 Chechu Mercury y el resto de la banda

 

Escrito por: Xaime Méndez Baudot