Motor Carrera es el resultado de un abigarrado grupo de amigos que un día, seguramente de resaca aunque no lo recuerdo, decidieron formar un equipo de fútbol para limpiar de toxinas el organismo y no aburrirse los domingos por la tarde visto que las mujeres escaseaban.
Comenzamos nuestra andadura como equipo de fútbol sala, en el distrito de Pradillo. Y desde luego, se cumplieron de nuevo las más que temidas ‘expectativas versus realidad’ y nosotros, que nos creíamos maradonas y zidanes, terminamos últimos (descalificaron a los dos que iban aun peor que nosotros). Aunque, eso sí, hay que destacar que vivimos momentos épicos desde el primer al último partido. Como muestra del primer partido: la rebozada de Luisillo (véanle en fichas, número 15 a la espalda) sin poder levantarse; y como muestra del último basta imaginar a nuestro número 11, Rubén, surfeando en un campito de fútbol y quejándose amargamente al árbitro, “¡árbitro, que me he mojado joder!”.
Visto que las pistas de cemento no eran muy amigas cambiamos al fútbol 7 para la temporada 2008/2009. Y aunque los resultados se hicieron esperar –la cantidad de alcohol y otras drojas varias en el cuerpo es inversamente proporcional al rendimiento sobre el césped- no terminamos tan mal la Liga, aunque había un gran abismo de puntos entre los tres de arriba y los restantes, quedamos en un meritorio quinto puesto, haciendo frente a situaciones tales como la enajenación mental permanente que sufre nuestro defensa Fernandito Soto, el efecto emético que tiene sobre Luis Coto el correr por la banda o el síndrome de Estocolmo que sufre Chechu Herranz con todos y cada uno de los rivales.
2009/2010 comenzó con los mismos protagonistas, que a falta de reforzarse perdía a dos componentes: Marco Caribe, el cual no apareció más de dos partidos en dos años, y Portu, que dejó el equipo todavía en sus tiempos de fútbol sala. Mismos protagonistas y, por tanto, mismas situaciones surrealistas añadiéndose algunas más, como por ejemplo el yoismo de Xaime Méndez que pasó a ser el yo total del equipo (capitán, redactor y autoexpulsado habitual). Sumen, a esto, la aparición de El Deseado, casi con las mismas ansias del pueblo que con aquel otro deseado, Fernando VII. Toni, que así se llama, pasó más tiempo el año pasado en la terminal de Barajas que en los campos de fútbol. Pero aportó una ficha más, otra fuente de ingresos y un toquecito en el centro del campo que, de cuando en cuando, tiene resultado.
Y ya, para terminar, viene lo mejor. No somos un equipo con ínfulas de líderes ni nada por el estilo, jugamos como onvres para beber, en el tercer tiempo del encuentro, como cosacos. Es nuestra única finalidad, a la par que intentar ganar los partidos con nuestra más que reprobable técnica rudimentaria. Sin embargo, en “¿quiénes somos?” debe quedar claro que no somos un equipo guarro, aunque sí divertido. Y tampoco se aprovecharán los rivales para saber a cual acercarse si quieren que no les entren fuerte (aunque les doy una pista: lleva una boina en la foto de plantilla) pero nuestro credo es sencillo: intentar ganar jugando como se pueda para terminar en el bar.
Empezamos el nuevo año con nuevo diseño del blog, sin ninguna incorporación y con la baja (oficial que no oficiosa) de Papi. No prometemos nada, pero desde el comunista intifado del portero hasta el físico bigotudo del delantero nos dejaremos la vida por Motor Carrera porque el equipo es, simplemente, de 13 amigos.
Redacción de Motor Carrera.