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RESULTADOS:        United 3 - 2 Motor Carrera

lunes, 23 de febrero de 2015

Sí pero no

Resultado

Las dos palabras que más escucha un chico después de acostarse con una chica no son ‘te quiero’. Para nada. Las dos palabras que más escuchan se formulan en pregunta aunque en realidad denotan sorpresa y decepción: ‘¿Ya está?’. Son cinco minutos de gloria, de sentirse el DiCaprio del Titanic antes de que se coma el iceberg. Los cinco minutos en los que todo sale bien hasta que te das cuenta de que ha sido eso: cinco minutos. “Sí, ya. Pero por mí hubiesen sido 20 minutos más”.

Motor Carrera es ese hombre. Ayer tuvo su polvo, sus cinco minutos en los que todo era perfecto y en los que logró igualar a tres un partido que perdía 3-0. Entonces acabaron los cinco minutos, y una voz suprema que no era la de Florentino Pérez soltó ese humillante “¿ya está?” para dejarnos sin poder seguir con ese ritmo frenético, de felicidad, de sobrevolar todo. Incluso el balón.

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Expectativas de MC vs. Realidad

El partido, claro, empezó mal. Si bien es cierto que Motor Carrera contó con ocasiones para adelantarse, no se lograron materializar. Y en esas llegó un penalti en contra; Chocho acertó la intención del delantero o mejor dicho, el delantero acertó la tendencia derechista del portero, pero aunque se estiró, no llegó a tocar el balón y el 1-0 en contra subía al marcador. Los minicampos ayudan poco, y aunque el partido se movía más en campo de Bar Castilla, el gol quiso apostar de nuevo por ellos. Una jugada de mala fortuna, un mano a mano y un 2-0 al descanso que no nos dejaba otra que la épica.

Pero aún no era suficiente épica, faltaba algo. De eso se dio cuenta Chocho, que colocó la barrera en una falta lateral con luces de neón que indicaban el palo libre que dejaba. El rival no dudó en aprovecharlo y poner el 3-0. “Ahora sí, es nuestra hora” y sacamos el kamikaze que llevamos dentro y esos cinco minutos de it’s me, bitches. Primero Diego, después un servidor y, para acabar, Álvaro (en el último momento del orgasmo, además, con nuestra fiel naturaleza Rustic Style) lograron empatar un encuentro que parecía imposible para convertirse en real. Sin embargo, las acometidas no dieron frutos, a pesar de un mano a mano que Álvaro desaprovechó y de algún tiro que rebotaba en su defensa cual frontón. Tan enrojecido de ira estaba Motor Carrera que descuidó la defensa y cerca del final del partido una contra rival nos devolvió la derrota: 4-3. En el último aliento el empate fue posible con un disparo de Luis, pero el guardameta rival logró evitarlo con una buena parada. Esa parada era la chica (Liga) pasando delante de nosotros después de haberse insinuado pero que, en realidad, sólo quería un whiskycheli.

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 La Liga, vacilando al gafulis. En este caso, MC

Entonces, la trencilla con trencilla señaló el final y nos encaminamos al bar a olvidar. O a recordar, que también es divertido.

Datos de (des)interés:

  • Las bajas de Motor Carrera tuvieron en Marco a su sempiterno ausente; Roberto, con un golpe en el tobillo fruto de meter el pie donde no debe; y Víctor, de nuevo, con su amor olvidándose de los que realmente le necesitan y comparten con él penas y glorias. “¿Qué es desamor? ¿Y tú me lo preguntas? Desamor es esto”.As
  • Gradas más vacías de lo habitual, quizá por la racha negativa del equipo. Sólo Mar acompañó a las hordas blancas en su lucha.
  • Los goleadores de la jornada fueron los Méndez y Álvaro. Esto supone empates y desempates. Por un lado, Xaime (acá: yo) empata en lo alto de la clasificación con Marcos, que desde que luce el ‘14’ charlista a la espalda no logra quitarse la maldición del tuercebotas. Álvaro, por su parte, desempata en la tercera posición con su primo (el ausente) y queda en solitario como top 3. Y Diego, de nuevo, empata. Esta vez con Pedro a tres goles. Un 2015 de dulce para el benemérito, lástima que no vaya acompasado con el devenir del equipo.
  • El portero karateka tuvo su momento de gloria al colocar una barrera que permitió que el balón entrase por el palo que debía tapar. Sin contar este error, poca novedad, aunque le hemos visto partidos mejores y con más seguridad a la hora de despejar.
  • Como momento cómico-taurino se ha seleccionado la conversación pospartido entre Luis y la colegiala podemita. Mientras Luis le exigía que le tratase de usted, que no se habían tomado ningún café para tutearse, la rastafari respondía llamándole “Rubio”, lo que provocaba en Rubio (nosotros sí se lo llamamos) que le empezasen a subir los colores: “¡Que no nos conocemos, que me trate de usted como hago yo!”. Así estuvieron unos dos minutos: El resultado final es que Luis se ha apuntado al Círculo antiárbitros de Podemos.
    tumblr_inline_nfo1kvTg0F1qbhmtm Esto opinamos de su tuteo, señora colegiada.
  • Tercer tiempo burgalés. Con final de Copa del Rey de basket incluida en lo que fue la victoria blanca. En el mismo se habló de muchas cosas, pero una sustancial: la semana que viene será el Quenofaltedená. Avisados quedan, hagan lo mismo con sus hígados.

Con esto se da por terminada la crónica de una nueva derrota y esperemos que última. Como se destacó ayer durante las cervezas, todavía es posible. Hay que echarle huevos y tener un poco de suerte, y poco más: visto que no hemos sabido mantener la liga, vamos a ver si somos capaces de ganarla. Queden con Dios, que yo me voy.

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¿¿Ganar la liga palmando cuatro partidos?? ¡Challenge accepted!

Escrito por: Xaime Méndez Baudot

lunes, 16 de febrero de 2015

Quien a Rustic Style mata, a Rustic Style muere

Resultado V

Arsenio Iglesias, ese mítico entrenador, dijo cuando el Depor perdió aquella Liga del penalti que a ver y tal, que no estaba para ellos y ya está. “Qué le vamos a hacer”, dijo justo antes de irse a tomar un orujo al Bar Estadio, que está en los aledaños de Riazor (¿por qué para hablar de los alrededores de un campo de fútbol sólo se puede decir aledaño? Bueno, sigamos después de esta duda).

Sin entrar a valorar que Beverly Tronas pudiese o no ir primado como el Valencia en aquel nefasto mayo del 94, el encuentro que ayer perdió Motor Carrera se asemeja, en la valoración final, a la de Iglesias: qué le vamos a hacer más que ir al bar a beber. Eso, al menos, para los cinco (más invitado) que fuimos a beber. Para olvidar, dicen. Para recrearse en la derrota, que tiene su puntito.

El caso es que el partido comenzó entre motivados, plusultramotivados y motivaditos de salón, lo que llevó a que el calificativo para los primeros compases del mismo sea “un coñazo”. Básicamente se enfrentaba un equipo que ha hecho del Rustic style su forma de vida (nosotros) y otro que desde que ha aparecido en sus filas un delantero bueno hace lo propio. Y así, viendo volar balones íbamos echando la tarde con alguna ocasión por nuestra parte: un disparo del redactor que el bético con cara de caballo despejó a córner, una falta de Pedro cuyo rechace Marcos no pudo meter en la portería y alguna que otra jugada embarullada dentro de su área. Ellos no se quedaron atrás y después de que Chocho comenzase el partido deteniendo un mano a mano, realizaron un par de homenajes al ‘Loco’ Abreu al fallar dos goles cantados. El suspiro cambió de bando (como el miedo según los podemitas) y la última jugada de la primera parte fue un ¡goooluy! motorcarrerístico con un disparo de Rober que puso su mira en la escuadra y que mandó el balón dos centímetros arriba.

En la reanudación, el partido seguía siendo de los feos de jugar y horrorosos de ver (imagino). Sin embargo, ese estilo que tanto enarbolamos trajo sus frutos: balón largo de Chocho que Luis, agazapado sibilinamente tras la defensa, caza para poner en ventaja a las hordas blancas. Una ilusión ya que una jugada similar pero contra nosotros permitió a Beverly Tronas empatar el encuentro a los pocos minutos. Y entonces, el desenfreno y descontrol. Dos conceptos bipolares: si los usas para definir tu último sábado con Pedro en Snobissimo, todo es alegría. En cambio, si lo empleas para hablar de tu equipo de fútbol el resultado sólo puede ser uno: goles en contra. Así llegó el segundo, lo cual nos metió en una espiral de nerviosismo cuando el resultado era sólo de un gol de desventaja con tiempo por delante. No obstante, una falta (que no era) al borde del área y una barrera propia menos pegada que Grecia al euro fueron los sumando para que el enemigo se distanciase en dos goles.

Entonces sí, el zafarrancho de combate ya era necesario pero, eso sí, improductivo. Y las contras, aquel arma que tanto nos gustaba de Mourinho, terminó de hundirnos. Benditas paradojas, hundidos por el mismo juego del que promulgamos como dogma y por el entrenador que marca el camino de la sabiduría balompédica con permiso de don Javier Clemente. El 4-1 ya fue una barrera insalvable y si bien es cierto que dispusimos de ocasiones para recortar y creernos que podríamos remontar, todo fue una ilusión. Como aquella vez que creímos que Charlie estaba pagando un peaje.

Datos de (des)interés:

  • Bajas motorcarrerísticas de Víctor, con su verdadero amor; Álvaro, con los Lakers; Marco, paternoausente y Rubén, salvando la Patria.
  • Las que pusieron el colorido a las gradas blancas fueron Mar, sempiterna, y Julia que, como bien recordó Marcos alAs finalizar el partido, “regresó la maldición de la perla negra”. Es de raza blanca, pero tuvo su gracia.
  • La tabla de goleadores sufre una pequeña variación después de la sequía de casi todos: Luis alcanza los 4 tantos, por lo que deshace el empate que mantenía con Pedro en la quinta posición de la tabla.
  • El guardameta turolense, a pesar de actuaciones destacadas, sufrió una de las mayores goleadas del año. Cuatro goles, cuatro. Momento grito incluido tras el despropósito de barrera al encajar el tercer gol.
  • El momento cómico-taurino, aunque hay un saco para elegir, es obvio: nuestro balón sale despedido hacia el campo de fútbol 11 donde el Sporting de Hortaleza disputaba su partido. Fernandito, que le ha descentrado mentalmente en su proceso de desintoxicación la lesión de Pepe, pide el balón al portero. Guardameta que ignora tal petición y Fernandito que comienza un recital de insultos que ya querrían para sí los gitanos y que terminó contra el público de ese encuentro. –Qué bueno eres, cinco. –Buena tu madre cuando me la chupa. Ni Morante de la Puebla.
  • Tercer tiempo con viaje en coche incluido. Visto que el bar pancetero de Sporting de Hortaleza cerraba nos trasladamos al asiduo Burgos. Aunque fue un tercer tiempo sin mucha presencia, como ya se ha referido. Dimos cuenta de la cerveza y divinidades y humanidades varias. Si queréis saber de qué se habló, haber estado presentes.

Así finaliza la crónica de un partido para olvidar pero que no nos debe hacer bajar los brazos. Ya no somos líderes, cierto, pero como hasta el sábado, dependemos de nosotros para ganar la Liga. Que no se os olvide, Motor Carrera nunca abandona. Menos se rinde. Motor Carrera es un equipo de ONVRES y de alcohólicos. Que, por si no os habíais dado cuenta, es la misma cosa.

tumblr_njv2rdv8b71s9y3qio3_400 Así no Motor Carrera, así no…

 

Escrito por: Xaime Méndez Baudot