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RESULTADOS:        United 3 - 2 Motor Carrera

martes, 26 de enero de 2016

No te equivoques



Hay domingos que se levantan equivocados y no hay Dios que los corrija. Ayer fue uno de ellos y decidió ser abril en enero y que empataran, de menor a mayor importancia, Real Madrid, Deportivo y Motor Carrera.

Un domingo equivocado es como un borracho, él es feliz con independencia de lo acertado de sus decisiones. Contra cualquiera de los dos sólo cabe una posibilidad: unirse a él, ya sea con copa en la mano o equivocándote. Durante el partido de ayer –y el tercer tiempo es parte del partido– los hubo de los primeros y de los segundos. En un caso extremo, coincide el borracho y el equivocado en el mismo cuerpo. Todos sabéis de quién hablamos, pero para despistados, aquí va una pista.

No hay más preguntas, señoría

Sí, amigos. El Beckham de Sanse estuvo a copas (dos pelotazos con Red Bull convalidan primero de Insomnio y Pulsometría) y a equivocarse, hablando de memoria, en dos ocasiones. La primera, con el marcador adverso, al correr hacia la izquierda un balón en largo de Chocho que iba hacia su derecha (y haciendo un escorzo que en cualquiera parecería ortopédico, pero no en el lord madrileño). La segunda en una acción que definiremos como de portero-delantero. Él remata y él la para, no necesita a nadie. Corría el ‘14’ motorcarrerística hacia el balón, sacando chepa e intentando que su cabeza se cruzase en la trayectoria del balón. Lo logró, pero en esa búsqueda del balón sus brazos iban en una posición la mar de cómoda para correr y rematar: abiertos y hacia arriba. La alegría de conseguir rematar le duró a Charlie aproximadamente 0,5 segundos, el tiempo que fue desde que remató hasta que el balón se detuvo en su mano. El rival protestó la mano cuando, en realidad, la debíamos haber protestado nosotros. Si lo intenta, no lo consigue.

Antes de ese momento de gloria, que llegó en la segunda mitad, el encuentro discurría con un estilo de juego claro que llevamos a cabo los dos equipos: colgar balones. Así llegaron dos de los cuatro goles que se marcaron. El primero, un saque de Chocho hacia este nada humilde redactor que le gana la espalda a su defensa, controla en el área y cruza el balón ante la salida del portero del Maped, que nada pudo hacer por evitar que MC se pusiese por delante. (dato: más que al portero titular del Maped original, Ed Warner, su parecido estaba más en Teo Sellers, portero del Naniwa).

Imagen a escala real de la diferencia existente entre el Teo Sellers de Hortaleza y el ‘10’ de Motor Carrera

Con el 1-0, el rustic style seguía campando a sus anchas por el Panceta Arena, lo cual llenaba nuestros pechos de orgullo y las áreas de balones volados. Maped y Motor Carrera alabaron el fútbol clásico como pocas veces se ha visto aunque ellos, algo más acomplejados por usar este recurso, daban dos pases en corto entre sus defensas antes de meterlo a la olla. Cazar algún pase no era tarea fácil, pero Álvaro tuvo una oportunidad en una jugada que, tras intentar hacer un sombrero al portero, terminó en un mero ¡goooolUYY! Al borde del descanso, cuando nos veíamos descansando con la ventaja del gol, Chechu se sumó al domingo equivocado con una decisión que con eufemismos podríamos denominar arriesgada pero que aquí, amigos del conflicto, la tacharemos de cagada como el sombrero de un picador de grande. En un saque de banda a nuestro favor a la altura de nuestra defensa, José le cede el balón al Chechu que, de espaldas y con dos rivales, decide que no es un gato, sino Neymar y que despejar no, que el sombrerito de espaldas para irse de dos. No sabemos con qué intención, pero sí sabemos cómo acabó: con el balón en la frontal del área en los pies de un rival que, sin oposición, dispara cruzado. Los pies de Chocho, inexplicablemente, no llegan a cruzarse toda la portería y la pelotita entra. El 1-1 decía muy a las claras lo que estaba sucediendo: que íbamos empate.

En la reanudación, MC tenía la ventaja de que el rival jugase con el sol de cara. Sin embargo, la ceguera estuvo de nuestro lado (aquí le vamos a dar la equivocación a Chocho, tan fan de la línea de gol como su ídolo Iker) al dejar a un tipo rematar de cabeza no cerca, no como a dos cuerpos de distancia, no. Al lado, literal, de Chocho. Gol raruno, pero gol. El rustic style nos  traicionaba dejando que el rival también se beneficiase de sus virtudes y con ese dolor en nuestros corazones anduvimos como alma en pena un buen rato. Sin cuajar ninguna buena jugada más allá de un par de tiros, el escorzo aquel de Charlie ya referido y un par de córner, nos veíamos abocados a apelar a la épica. Tan recurrente en estos casos y cuando no habías estudiado el examen del día siguiente.

Nuestras oraciones recibieron respuesta en una falta. ¿Marcó Pedro? Sorprendentemente no. Una falta para zurdo que pidió un zurdo. No haré mucho énfasis en destacar que el golazo (tómese “–azo” como el sufijo para todo lo bueno del universo excepto para un caso que se mencionará un poco más adelante.) ha sido considerado por unanimidad de la redacción de este blog el mejor del año. Y PUNTO. Con el 2-2 descubrimos que el concepto del patapúm parriba podía alcanzar cotas nunca vistas y empezaron a llover balones hacia la portería de Chocho. Supimos sobrevivir a todos hasta la última jugada del partido, cuando un balón suelto en nuestra frontal fue cazado por un hípster rival que empaló el balón…contra mi estómago (como habréis supuesto, balonazo es la excepción de “–azo” como sufijo guay) que me dejó tirado en el suelo, sin saber dónde estaba y, lo peor, sin saber cómo iba eso de respirar. Los 30 segundos de partido que quedan no los recuerdo por insuficiencia respiratoria, pero imagino que terminó cuando el colegiado vallecano (se encargó de hacerlo patente alabando la victoria del Rayo) pitó.

Datos de (des)interés:
  • Las ausencias de Motor Carrera corrieron por parte de Fernandito (segunda ausencia consecutiva), cambiando sus obligaciones para con el fútbol por una playa canaria; Luisillo, sin excusa conocida; Rubén, suponemos que ennoviándose mucho y muy fuerte; y Marcos, perdiendo su liderazgo goleador por el norte de España (a ver si lo encuentras, colchonero).
  • Las gradas de Motor Carrera reverdecieron como en sus mejores días. El buen tiempo y la panceta arrastraron hasta los campos a Rocío, consorte de gato; Ana, consorte de Chocho; Bea, consorte de este que os escribe, y Julia, que consorte encuentra novio (chiste del día). Aún así, y aunque tres mujeres nos contemplaron durante una hora en pantalón corto, se echó en falta a la sempiterna Mar, con excusas tan malas como que tenía que estudiar. Primer aviso, cántabra.
  • La carrera por el Pichichi tiene cambio de líder. Con mis dos chirlos (que no Chirla) de ayer me coloco como máximo goleador con 10 goles, a uno de Marcos. Queda un partido y sólo puede quedar uno.
  • Chocho regresaba a la portería después de su ausencia de la semana pasada y previo a otro fin de semana en el que ya ha anunciado su intención de renunciar al partido en el que suele salir de la portería. Él sabrá. En cuanto a su actuación de ayer, ya hemos mencionado su alergia a salir de debajo de los palos y ayer, que lo hizo una vez, se fue hasta la banda a luchar un balón contra nuestra propia defensa. Bien ahí, Chocho. Tu última decisión acertada fue pedirle salir a Ana.
  • Tercer tiempo de terraceo primaveral entre bocadillos, cervezas y, como ya se ha referido, algún copazo que otro. Existió un cuarto tiempo, en el que el rematador a su propio brazo se autoinvitó a casa de este redactor para ver lo que el domingo equivocado decidió que tenía que ser un empate entre el Betis y el Madrí. Claro que sin distinguir las camisetas, igual los dos goles los metió el Madrid y nos están haciendo creer que no…
Así se da por cerrada la penúltima crónica de la primera vuelta. Queda un partido, a priori sencillo. Entonces sabremos si nos enfrentamos a la parte alta de la Liga o a la baja. Sea lo que sea, ha sido una competición divertida y nos merecemos un homenaje. ¡Brindemos por nosotros!
Salud, camaradas.

Escrito por: Xaime Méndez

Sangre, sudor y derrota


En el fútbol, como en la vida, nadie se recrea en las derrotas. No ya porque a jueves nadie haya echado en falta la crónica, sino porque todo lo más que te apetece hacer cuando las cosas no salen como quieres es encogerte de hombros y pedir otra ronda.

El domingo fue ejemplo. Las mentes más avanzadas de nuestros jugadores ya habrán entendido el título. Hubo de las tres: la sangre la puso Marcos, que todavía andará recordando al 99 rival cada vez que se pone un pantalón largo; el sudor, todos, incluso el de Pedro y Charlie destilaba un aroma a ron marinado con césped artificial. Y derrota porque, pese al gran esfuerzo de la segunda parte, se perdió. Con un siete novedoso (Charlie y Luisillo titulares; un servidor de ustedes en la portería…) se comenzó un encuentro en el mini-campo que, tradicionalmente, se nos da mal. Y nosotros somos de tradiciones, ya lo hemos dicho más veces.

La primera ocasión, eso sí, fue para nosotros. Sin que hubiese pasado el primer minuto de juego un balón en largo de Pedro lo cazó Luis para, de volea, cruzar el balón. ¿A la red? Sí, pero a la que hay detrás de la portería para que el balón no se vaya muy lejos. Una lástima, porque al poco tiempo, la permisibilidad de nuestra defensa permitió al ‘10’ rival (que se reveló como el Álvaro del contrario, es decir, el único que sabe jugar a esto) controlar, mirar, amagar y terminar cruzando el balón para poner en ventaja a Ítaca. Motor Carrera reaccionó como los onvres que somos y logró empatar al poco tiempo gracias a una jugada por banda izquierda que, tras algún rechace, acabó con gol de Marcos. Entonces, una falta al borde del área se convirtió en el golazo de la tarde. El ‘10’ famoso la clavó a la escuadra. Con el 2-1 en contra no tuvimos la misma fiereza que con el 1-0 y tuvimos errores que nos costaron otros dos goles.

Así se llegó al descanso, donde las soflamas podemitas que nos marcamos (¡sí se puede!, etcétera) sirvieron para saltar al campo dando palmadas de ánimo pero (las adversativas, ese gran enemigo) no pudo ser. El quinto itaquero volvió en otra falta calcada a la del segundo tanto (en situación) y terminó… pues calcada a la del segundo tanto (en gol). Con el 5-1 sí sacamos la garra y encerramos a Ítaca en su campo. Una buena jugada de Marcos por la derecha dejó a Charlie en franqueza para darle un pase* a la red y tras otra jugada parecida, también con Marcos como asistente, Luisillo empujó el balón para estrenarse como goleador. El 5-3 nos animó y seguimos peleando, llegando a disfrutar de un penalti a favor para acercarnos todavía más. Marcos se fue a por el balón, puso cara de concentrado y corrió hacia él. Entonces…tiró alto.

En su lucha por la igualdad, el colegiado señaló penalti en nuestra contra a los dos minutos. No me extenderé mucho en contar la gran parada que nuestro portero (oséase: YO) realizó al disparo ajustado a mi izquierda del ‘10’ rival. Una vez felicitado por el árbitro se reanudó el encuentro con Motor Carrera luchando por acortar distancias e Ítaca agazapado. La presión arriba surtió efecto y Luis robó un balón que, inmediatamente (y lo de inmediatamente es literal porque se estaba cayendo), golpeó. El 5-4 era meter la puntita y tan dispuestos estábamos a rematar la faena que preguntamos al árbitro por el tiempo que restaba: “14 segundos”, contestó. Tiempo de sobra para…que nos marcasen. En un mal balance defensivo, el lateral (señalemos, que aquí somos muy de señalar culpables: Charlie) perdió a su marca que, con todo de cara no tuvo más remedio que marcar el sexto gol. Como dijimos, 14 segundos no dan para mucho, así que tras tirar directamente en el saque central, se terminó el partido.

Datos de (des)interés:
  • Las bajas del equipo fueron Fernandito, indispuesto, y Chocho, no sabemos haciendo qué por ciudades sureñas. A Marco le vamos a dejar de contar como baja, al igual que a Víctor.
  • La grada de MC volvió a tener público. La socia más fiel, Mar, retomó sus obligaciones para con el equipo. Sin embargo, no pudo estrenarse en 2016 con victoria. Otra vez será.
  • Con su gol, Marcos logra el liderato en solitario del pichichi por un tanto de diferencia respecto a mí. Charlie se coloca con dos tantos junto a Fernandito, Luis empata a cinco dianas con Chechu en una honrosa cuarta posición y Luisillo se estrena en la temporada 2015/2016. A excepción de Marco que si no viene es difícil que marque, ningún componente de Motor Carrera se ha quedado sin ver puerta. ¡Gran noticia!
  • Debut bajo palos de este servidor que encajó seis goles pero paró un penalti y tuvo buenas salidas por alto (¡por alto! ¡yo!). ¡NO HAY MÁS PREGUNTAS, SEÑORÍA!
  • El tercer tiempo, como de costumbre, discurrió sin incidentes. Cerveza, comida y un whisky remataron el domingo.
A falta de dos jornadas, nos queda luchar por mantenernos en el tren de cabeza. Si vamos a la guerra juntos, lo lograremos. ¡Salud, camaradas!

*’Pase a la red’ porque, como él mismo confesó a este redactor en un alarde de saber a quién decirle las cosas, no quería tirar. Lo curioso es que si no hubiese dicho nada todo el mundo habría pensado “joe, qué bien le ha dado” porque desde la izquierda la pegó al palo corto engañando al portero que suponía se la tiraría al largo. No sólo no quería tirar ahí, sino que lo que dice es que quería hacer un pase…¡al punto de penalti! Por una vez nos alegramos de la nula clase futbolística de nuestro samurái.


Escrito por: Xaime Méndez

martes, 12 de enero de 2016

Enero no es mes para dietas


Desconfío de quien adelgaza en Navidad casi tanto como lo hacía de aquellos gitanos que, en nuestros años más mozos, nos pedían amablemente un euro para llamar por teléfono: “Mama, tranquila. Desplumo a este y voy a cenar”. Nadie desea en estas fechas que se pierda peso, a excepción de la prensa deportiva a Benítez, y a lo que más se aspira es a atracones que te dejen en una tumbona intentando no emular al Luis más imberbe.

Motor Carrera cumplió con la Navidad dándose un atracón a goles ante Chotones. Incluso a Fernandito, como cuando se deja al sobrino de 10 años dar un sorbo al vino, se le permitió marcar dos veces. MC, en su infinita misericordia, se impregnó de espíritu navideño y no sólo dio de beber al sobrino porque qué coño, un día es un día, así que vamos a dejar que Charlie dé una asistencia de tacón que nadie se cree todavía.

Cuando el árbitro pitó el comienzo del partido hubo dos sorpresas: que el marcador inicial fuese de 0-0 y, la otra, que este redactor estuviese bajo los palos durante, aproximadamente, 10 segundos. El tiempo exacto que tardó Chocho en ponerse los guantes, irse el balón fuera y pedir el cambio. Destacar que durante toda mi actuación como cancerbero transmití seguridad a todo el equipo sin permitir ni una sola ocasión del rival. A partir de entonces, el desconcierto. A los pocos minutos, Fernandito recorrió todo el campo (recordemos que es defensa) como si hubiese encontrado un guante de Pepe en la portería rival, acompañando una jugada por banda de Rubén que cedió a Marcos para que rematase dentro del área. El portero rival ayudó no atajando un balón en apariencia sencilla y Fer, que andaba por ahí al más puro estilo Raúl, metió la pierna para adelantar a Motor Carrera.

El equipo dominaba por alto, fiel a su estilo irrenunciable de patadón, y tan cómodo estábamos que decidimos dejar para la historia la asistencia más intentada y nunca conseguida que, esta vez sí, salió. Un saque en largo de Chocho (qué sorpresa, ¿eh?) sobrepasa a la defensa algo despistada con Chocho y Marcos dentro del área rival. El fumador de Sanse no se lo piensa dos veces y, aunque solo y con todo el tiempo del mundo para controlar, decide girar 180º y dar el culo al balón preparando su pierna para lo que todos sabíamos que iba a pasar: intentar darle de tacón. De hecho, se escuchó a Chocho cuando estaba ejecutando tan magna obra de arte gritar “¡NOOOO, ¿PERO QUÉ HACES?!” para luego callarnos la boca al ver como engaña al portero con ese toque y deja a Marcos que empuje el balón a placer. El 2-0 que campeaba por España y Hortaleza era justo pero corto, así que nos pusimos manos a la obra para ampliarlo y se consiguió en una jugada que empieza con saque de banda de Chechu a Marcos, que recibe de espaldas en el pico del área, amaga un disparo y me cede el balón que, sólo ante el portero y con la derecha (esto es noticia, no tanto como lo de Charlie pero eh…¡con la derecha!), bate al guardameta chotonero.

El ídolo de Charlie, travesti no incluido.

El árbitro nos mandó a vestuarios (figurados) y cuando se iba a reanudar el encuentro descubrimos, algo sorprendidos, que habían decidido jugar con portero-jugador. Una genialidad táctica para ganar un jugador y para que se  disparasen los “¡uy!” cada vez que robábamos el balón. Lo intentó servidor de ustedes, ¡error!; Marcos fue el siguiente en tirar desde nuestro campo, ¡nuevo error!; Chechu quiso ir un paso más allá y no sólo falló, sino que mandó el balón a saque de banda. Y entonces sí, va y aparece Fernandito para que su patapúm parriba (en el tercer tiempo declaró con nostalgia cómo su vecino en la vida y en la zaga le enseñó a pegar en largo al balón) superase al guardameta -por llamarlo de alguna forma- y entrase botando (pom-pom-pom) para aumentar nuestra renta. El partido seguía sin mucha historia, ya con 4-0 y las fuerzas empezando a flaquear sin posibilidad de largas estancias en la banda al disponer sólo de un cambio pero en una contra (según narran las leyendas ya que no me acordaba) Marcos deja a Chechu en un mano a mano ante el portero rival que con maestría gatuna resolvió. Para Motor Carrera nada es suficiente y seguimos buscando goles, sobre todo Charlie, de palomero perpetuo. Su gozo en un pozo porque fue Marcos el que, en un saque de esquina, volvió a anotar para las hordas blancas. Todavía quedaba otro por anotar que fue obra, onemoretime, de este servidor de ustedes. Con Chotones volcado al ataque, volvió a darse la circunstancia de tres contra uno de los suyos. Todo acabó como se suponía que iba a terminar: con gol. No somos de sorpresas, tampoco para esto. Con el 7-0 y Chocho ya festejando que iba a dejar su portería a cero...


Cocho, creyéndose imbatido.

...decidimos no darle esa alegría al portero demente por haber llegado 10 segundos tarde. Así, dos jugadas seguidas en la que nos pillaron por banda terminaron con dos goles del rival que, al menos, podía festejar no pasar por debajo del futbolín. Sin más sobresaltos terminó el encuentro, el primero de este 2016 en el que todavía no nos hemos puesto a dieta de goles, y que siga así.
Datos de (des)interés:
  • Numerosas ausencias en las filas motorcarrerísticas. El delegado hizo dejación de funciones para irse a los montes cántabros (la copia de la copia de los gallegos); el padre del milenio tampoco acudió; Luisillo, indispuesto para la práctica del deporte; José, matando Bambis inocentes por los campos extremeños; y Víctor, que dejará de  salir en esta lista pero esta vez le mencionamos por ser su primera ausencia al haberse ido a emprender un negocio de comida turca a Estambúl). Tampoco acudió Álvaro, que no es oficial, pero sí afirmó que iría y nadie supo de él. Las caídas de guasap son así…
  • El público que logró arrastrar Motor Carrera a los Aragonés fue, más o menos, de cero absoluto. Ni un alma aficionada al fútbol amateur estuvo apoyando nuestra victoria. Segundo partido consecutivo en el que eso ocurre, preocupante.
  • La tabla de goleadores se modifica. Tres dobletes se hicieron ayer; El de Marcos y mío nos permite a ambos seguir líderes, alejándonos de Álvaro, y el de Fernandito supone su estreno como goleador esta temporada superando al equipo de los monogol. Chechu con su tanto continúa cuarto al sumar cinco dianas, y es su mejor registro en todos estos años. De hecho, seguramente esos 5 son más que sumando todas las temporadas pasadas. Enhorabuena, gato.
  • Chocho no pudo irse sin encajar goles. Aunque es de destacar una buena parada (¡con las manos!) en la primera parte a un disparo desde fuera del área que iba con las intenciones del Turco (esto es: entrar en la portería). No tuvo excesivo trabajo, por lo que desde este blog sólo podemos decir: DE NADA, comunista.
  • El tercer tiempo se desarrolló entre jarras de cerveza, sándwich número 3 y hamburguesas dobles sin incidencias reseñables más allá de las ausencias de Marcos y Chocho, que parecen no querer confraternizar entre camaradas.

Así concluye la primera crónica de 2016. Buena vuelta a los campos y rara, ya que solemos pifiarla después de los parones. Jugar la Liga de los seis primeros es una realidad, ¡a por ello, tovarich!

Escrito por: Xaime Méndez Baudot