Desconfío de quien adelgaza en Navidad casi tanto como lo hacía
de aquellos gitanos que, en nuestros años más mozos, nos pedían amablemente un
euro para llamar por teléfono: “Mama, tranquila. Desplumo a este y voy a
cenar”. Nadie desea en estas fechas que se pierda peso, a excepción de la
prensa deportiva a Benítez, y a lo que más se aspira es a atracones que te dejen
en una tumbona intentando no emular al Luis más imberbe.
Motor Carrera cumplió con la Navidad dándose un atracón a goles
ante Chotones. Incluso a Fernandito, como cuando se deja al sobrino de 10 años
dar un sorbo al vino, se le permitió marcar dos veces. MC, en su infinita
misericordia, se impregnó de espíritu navideño y no sólo dio de beber al sobrino
porque qué coño, un día es un día, así que vamos a dejar que Charlie dé una
asistencia de tacón que nadie se cree todavía.
Cuando el árbitro pitó el comienzo del partido hubo dos
sorpresas: que el marcador inicial fuese de 0-0 y, la otra, que este redactor
estuviese bajo los palos durante, aproximadamente, 10 segundos. El tiempo exacto
que tardó Chocho en ponerse los guantes, irse el balón fuera y pedir el cambio.
Destacar que durante toda mi actuación como cancerbero transmití seguridad a
todo el equipo sin permitir ni una sola ocasión del rival. A partir de entonces,
el desconcierto. A los pocos minutos, Fernandito recorrió todo el campo
(recordemos que es defensa) como si hubiese encontrado un guante de Pepe en la
portería rival, acompañando una jugada por banda de Rubén que cedió a Marcos
para que rematase dentro del área. El portero rival ayudó no atajando un balón
en apariencia sencilla y Fer, que andaba por ahí al más puro estilo Raúl, metió
la pierna para adelantar a Motor Carrera.
El equipo dominaba por alto, fiel a su estilo irrenunciable de
patadón, y tan cómodo estábamos que decidimos dejar para la historia la
asistencia más intentada y nunca conseguida que, esta vez sí, salió. Un saque en
largo de Chocho (qué sorpresa, ¿eh?) sobrepasa a la defensa algo despistada con
Chocho y Marcos dentro del área rival. El fumador de Sanse no se lo piensa dos
veces y, aunque solo y con todo el tiempo del mundo para controlar, decide girar
180º y dar el culo al balón preparando su pierna para lo que todos sabíamos que
iba a pasar: intentar darle de tacón. De hecho, se escuchó a Chocho cuando
estaba ejecutando tan magna obra de arte gritar “¡NOOOO, ¿PERO QUÉ HACES?!” para
luego callarnos la boca al ver como engaña al portero con ese toque y deja a
Marcos que empuje el balón a placer. El 2-0 que campeaba por España y Hortaleza
era justo pero corto, así que nos pusimos manos a la obra para ampliarlo y se
consiguió en una jugada que empieza con saque de banda de Chechu a Marcos, que
recibe de espaldas en el pico del área, amaga un disparo y me cede el balón que,
sólo ante el portero y con la derecha (esto es noticia, no tanto como lo de
Charlie pero eh…¡con la derecha!), bate al guardameta chotonero.
El ídolo de Charlie, travesti no
incluido.
El árbitro nos mandó a vestuarios (figurados) y cuando se iba a reanudar el
encuentro descubrimos, algo sorprendidos, que habían decidido jugar con
portero-jugador. Una genialidad táctica para ganar un jugador y para que se
disparasen los “¡uy!” cada vez que robábamos el balón. Lo intentó
servidor de ustedes, ¡error!; Marcos fue el siguiente en tirar desde nuestro
campo, ¡nuevo error!; Chechu quiso ir un paso más allá y no sólo falló, sino que
mandó el balón a saque de banda. Y entonces sí, va y aparece Fernandito para que
su patapúm parriba (en el tercer tiempo declaró con nostalgia cómo su vecino en
la vida y en la zaga le enseñó a pegar en largo al balón) superase al guardameta
-por llamarlo de alguna forma- y entrase botando (pom-pom-pom) para aumentar
nuestra renta. El partido seguía sin mucha historia, ya con 4-0 y las fuerzas
empezando a flaquear sin posibilidad de largas estancias en la banda al disponer
sólo de un cambio pero en una contra (según narran las leyendas ya que no me
acordaba) Marcos deja a Chechu en un mano a mano ante el portero rival que con
maestría gatuna resolvió. Para Motor Carrera nada es suficiente y seguimos
buscando goles, sobre todo Charlie, de palomero perpetuo. Su gozo en un pozo
porque fue Marcos el que, en un saque de esquina, volvió a anotar para las
hordas blancas. Todavía quedaba otro por anotar que fue obra, onemoretime, de
este servidor de ustedes. Con Chotones volcado al ataque, volvió a darse la
circunstancia de tres contra uno de los suyos. Todo acabó como se suponía que
iba a terminar: con gol. No somos de sorpresas, tampoco para esto. Con el 7-0 y
Chocho ya festejando que iba a dejar su portería a cero...
Cocho, creyéndose imbatido.
...decidimos no darle esa alegría al portero demente por haber llegado 10
segundos tarde. Así, dos jugadas seguidas en la que nos pillaron por banda
terminaron con dos goles del rival que, al menos, podía festejar no pasar por
debajo del futbolín. Sin más sobresaltos terminó el encuentro, el primero de
este 2016 en el que todavía no nos hemos puesto a dieta de goles, y que siga
así.
Datos de (des)interés:
- Numerosas ausencias en las filas motorcarrerísticas. El delegado hizo dejación de funciones para irse a los montes cántabros (la copia de la copia de los gallegos); el padre del milenio tampoco acudió; Luisillo, indispuesto para la práctica del deporte; José, matando Bambis inocentes por los campos extremeños; y Víctor, que dejará de salir en esta lista pero esta vez le mencionamos por ser su primera ausencia al haberse ido a emprender un negocio de comida turca a Estambúl). Tampoco acudió Álvaro, que no es oficial, pero sí afirmó que iría y nadie supo de él. Las caídas de guasap son así…
- El público que logró arrastrar Motor Carrera a los Aragonés fue, más o menos, de cero absoluto. Ni un alma aficionada al fútbol amateur estuvo apoyando nuestra victoria. Segundo partido consecutivo en el que eso ocurre, preocupante.
- La tabla de goleadores se modifica. Tres dobletes se hicieron ayer; El de Marcos y mío nos permite a ambos seguir líderes, alejándonos de Álvaro, y el de Fernandito supone su estreno como goleador esta temporada superando al equipo de los monogol. Chechu con su tanto continúa cuarto al sumar cinco dianas, y es su mejor registro en todos estos años. De hecho, seguramente esos 5 son más que sumando todas las temporadas pasadas. Enhorabuena, gato.
- Chocho no pudo irse sin encajar goles. Aunque es de destacar una buena parada (¡con las manos!) en la primera parte a un disparo desde fuera del área que iba con las intenciones del Turco (esto es: entrar en la portería). No tuvo excesivo trabajo, por lo que desde este blog sólo podemos decir: DE NADA, comunista.
- El tercer tiempo se desarrolló entre jarras de cerveza, sándwich número 3 y hamburguesas dobles sin incidencias reseñables más allá de las ausencias de Marcos y Chocho, que parecen no querer confraternizar entre camaradas.
Escrito por: Xaime Méndez Baudot
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