La Historia nos recordará

Confirmado 100%: somos un equipo bipolar. Capaces de ganar a Inter Castilla 5-1, al líder invicto hasta hoy 5-2 y, a la vez, de empatar contra un equipo que no tenía ni un punto o de perder un partido en cinco minutos. También somos bipolares dentro del mismo partido; como hoy, que tuvimos un tiempo de empanada mental que casi nos cuesta la hazaña.

El partido comenzó, la verdad, pintando no muy bien. VII Hortaleza tenía ocasiones y si bien es cierto que Álvaro tuvo la más clara hasta entonces, nos tenían bastante encerrados y nos desbordaban por las bandas constantemente. Suerte que Toni cazó un mal despejo en el centro del campo y perfilándose disparó ajustado al palo un balón que llegó despacito, despacito pero con buena letra y…entró. Nos poníamos por delante y, empezamos a tomarlo como costumbre, seguimos igual y conseguimos el segundo en una diagonal de Álvaro que sintiendo envidia de nuestro primer goleador tiró al mismo palo, a la misma velocidad con agravante de que dio suspense al asunto con el toque en el palo del balón. La ciencia, física y todas esas cosas de ingenieros ayudaron a que el balón pasase la línea y permitiese que nos fuésemos al descanso con un resultado bastante prometedor pero, a la vez, engañoso por nuestra facilidad de desconcentración.

Y empezó la segunda mitad con malas noticias. Al poco: lesión de Rubén; que trajo, casi de seguido, el primer gol de VII Hortaleza al revolverse en el área y cruzar ante Chocho. Se nos acercaban en el marcador y empezaba la ofensiva enemiga ante la que los Gloriosos casacas rojos (nosotros, no los ingleses) contestamos con un gol de cabeza de Chechu en un saque de esquina. Pero con el 3-1 entró nuestra habitual falta de intensidad durante todo el partido; se acercaron a 3-2 y dispusieron de dos o tres ocasiones para empatarnos, algo que hubiese implicado nuestro derrumbe moral y su crecimiento anímico. Pero apareció, como todos los partidos, San Chocho. Paró un mano a mano con todos ya ciscándonos en nosotros mismos y paró –se encontró sería mas apropiado- una falta que, además, supimos despejar para asombro de Luis.

Entre pelotazo para aquí y para allá tuvo Álvaro un balón en la frontal que su portero detuvo con la huevada con la buena suerte para nosotros de que Víctor estaba por allí y empujó el rechace. 4-2 que nos daba una tranquilidad para afrontar los últimos cuatro minutos que nunca creíamos que tuviésemos. Además, como consecuencia del zafarrancho de combate que entonó VII Hortaleza dejaron desprevenida su retaguardia; algo que aprovechamos en rápida jugada el abajofirmante, Álvaro y Charlie que empujó –no con desconfianza por parte de todos nosotros- un balón en la línea de gol subiendo el definitivo 5-2 al luminoso inexistente.

La despensa del partido:

• Como se ha dicho, podemos ganar a cualquiera de la liga si jugamos tocando, sin confianzas y haciendo las cosas sencillas. Cuando nos queremos complicar y adornar (normalmente cuando vamos ganando o contra equipos teóricamente “inferiores”) la cagamos. Por otro lado, dar la enhorabuena a todos por esta victoria crucial para el devenir de la guerra por la virgen Victoria; desde Chocho que nos salvó la vida varias veces hasta todos los de campo. Pasará a la eternidad lo que hicimos en vida, al menos quedará constancia por escrito. Esto nos hace pensar que echaremos de menos mucho más de lo que pensábamos a priori los dos puntos que se nos escaparon con Los Jabugis, lástima.
• Público cero el nuestro. Se ve que los abonos de Noelia la caribeña e Inés la hereje, únicas asiduas, no fueron renovados para 2010. Contraste total con las gradas negriamarillas, repletas de gente. Además, por parte del equipo, se ausentaron Luisillo de viaje por Dublín, Fernandito sustituyendo a Noelia en Punta Cana (que hijo de puta el calvo), Papi por no corresponderle encuentro y Marco Papá Búfalo no se sabe si por asistir a cursos prenatales o qué.
• Encadenamos dos victorias consecutivas, esta contra un rival más que difícil (de largo, el que mejor juega de la Liga) al que conseguimos, como se pidió en la entrada de esta semana, ponerles un “1” en el casillero de derrotas.
• Apéndice especial para la mala noticia del día: lesión de Rubén. Lo cierto es que fue mala suerte porque el contrario falló al ir a rematar y al caerse, lógicamente eso no lo mira, se fue contra el tobillo de nuestro chico del verde instituto. Los servicios médicos de Motor Carrera todavía no saben el alcance de la lesión pero esperemos que sólo fuese el golpe o, como mucho, un pequeño esguince.
• Respecto a los goleadores se estrena, por fin, el fichaje de invierno. Primer gol de Toni con el equipo que además sirvió para abrir la lata. Chechu también se estrena este año (como el año pasado, de cabeza) –destacar el balón medido que se le puso en los pelánganos. Guante en mi bota izquierda-. Víctor se afianza en el podio, Charlie alcanza a Pedro y a Luis (un habitual del podio que se ve relegado) y Álvaro consigue distanciar en dos tantos al segundo para lograr la ansiada Botella de Oro 2010.
• En lo referente al rival como no podía ser menos, obvio, lo primero no será hablar de ellos; sino del padre de uno de ellos. Curiosamente del chico más majo del equipo, el 3 (el delantero por si alguno no le sitúa). Su padre, el que insultaba desde la banda, no le pareció bien que tocasen a su hijo y olé sus huevos se planta a recriminarlo con modos Corleone -“yo sólo te lo digo…no le toques”- a Chechu en el banquillo. Luego nos quejamos de que haya violencia en el fútbol pero muchas veces los peores están en las bandas, como así ha sido. No sé a cuento de qué tiene que decir tontunas cuando no pasó nada del otro mundo en el partido (si pasa tampoco entendería que venga un tío que no es del equipo a decir nada) y cuando su hijo, se ve, no es un incapacitado de ocho años a los que unos abusones le están quitando el bocadillo en el recreo. Además el hombre tiene un problema, no conoce la edad de su hijo porque al principio nos dijo que tenía 14 años y, luego, 16. Es encomiable la defensa de un hijo (Marco, apúntalo para cuando nazca tu primogénito en seis meses) pero no la chabacanería gratuita. Del rival en sí, poco nuevo. No sentó nada bien que alguno dudase de la lesión de Rubén cuando estaba claro que se estaba muriendo y salvamos a un par: el portero al que Álvaro dejó con el carnet de padre en incertidumbre y el ya mencionado 3 que, además, era el mejor del equipo.
• El árbitro sigue en la línea habitual de la Liga: malo y peor. Penalti por agarrón que no sé si no vio –ya hay que ser ciego- o si decidió cambiar el reglamento y estipular la Ley de la Ventaja para los penaltis cuando eso no ha existido en la puñetera vida. Molestó más pitar una falta que no era (pero que si llegan a chocar no se pita eso en la vida) al borde de nuestra área cuando íbamos 3-2. Sólo vio una mano, la mía por desgracia, pasando de pitar otras y, para terminar su valoración, cuando Toni le recriminó esa falta en la frontal quiso ponerse farruco contestando a Toni. Un árbitro que baja al nivel de un jugador para discutirle no merece ser juez de nada.
• Tercer tiempo en el chiringuito del campo. La mejor medicina de jugar a esas horas intempestivas es el bocata de panceta (o lomo) de después. Eso sí, más breve de lo normal que somos unos chicos ocupados y aplicados y los exámenes no se estudian solos.

Así que con las agencias de información esperándome en el otro lado de la mesa cierro la crónica esperando que cada uno incluya sus vivencias. El más Victorioso y Glorioso que nunca Motor Carrera les desea vista, suerte y al toro (lema de las escuadrillas azules) en sus exámenes.

Tumbamos al líder. Como el de Alí, la Historia recordará nuestros nombres.