De la misma manera que el trabajo de sexador de pollos es algo para lo que no todo el mundo está preparado, los partidos en campo pequeño con un rival que sabe (e intenta vez sí, vez también) sacar el balón jugado es un partido para hordas blancas capaces de contraponer ese fútbol con una combinación de patapúm con, en contadas ocasiones, jugadas trenzadas.
Con cambio de campo a última hora incluido comenzó la sexta jornada de Liga (quinto partido) de Motor Carrera. Un cambio que, en principio, favorecía al rival ya que, con siete jugadores justos, cuanto más pequeño el campo…menos desgaste tendrían. El inicio fue el propio de dos equipos desconocidos: ¿cómo juegan estos? ¿quién es el bueno? Sin un dominio claro llegó un córner a nuestro favor que se decidió a sacar Pedro. Uno de los rivales se marcó un Piqué en el Bernabéu y tuvo a bien poner la mano en lugar de la pierna para detener el centro. Penalti a nuestro favor que Víctor, en un disparo impropio de un casi ingeniero, convirtió en el primer gol del partido.
Ventaja para Motor Carrera que veía cómo el rival conseguía combinar y llegar a nuestro campo con bastante facilidad aunque la defensa actuase con bastante solvencia. Hasta una jugada por la izquierda de nuestra defensa que terminó con un centro al segundo palo en el que un fallo de marca del equipo propició una situación de dos tipos solos contra Chocho, que nada pudo hacer (más allá de su clásica croqueta rebozada de césped artificial) para impedir el empate de Bar Castilla.
Entonces comenzó un partido sin mucho centro del campo. Llegadas de unos y otros que tuvieron dos salvadores: El nuestro, Chocho. Un par de intervenciones de mérito impidieron a los rojos (por su camiseta, no preguntamos ideología a nadie) adelantarse. Su salvador, el árbitro; que en un mano a mano del abajofirmante decidió no señalar nada cuando fue arrollado por el defensor con la consiguiente (y entendible, que para eso escribo yo) cabreo del ‘10’ motorcarrerístico que recordó sus momentos más memorables como quejica profesional.
Algo similar a esto pero siendo el árbitro más pelón
Cuando todos pensábamos que llegaríamos al descanso con empate llegó el Delarosa’s time. Una falta alejada del área, esas que le gustan a nuestro tiburón financiero, una barrera mal colocada y un disparo potente, seco, que entró por la escuadra. Golazo de Pedro para resarcirse de su partido de sanción de la semana pasada y que nos daba ventaja en el momento en que el trencilla pitaba el final de la primera mitad.
Tanto se creció Pedro que decidió probar en el saque inicial del segundo periodo y tirar directamente. Claro que el Delarosa’s time ya había pasado y el balón no supuso peligro para el rival. El segundo tiempo tuvo como momento más trascendente la pérdida (por suerte momentánea) del balón talismán, por lo que este para nada humilde cronista se perdió el tercer gol de Motor Carrera pero que resumo según testigos presenciales: “Pues nada, coge Fer uno de esos balones en su área y que decide hacer la guerra él sólo. No se sabe cómo llega hasta la otra área y su tiro o centro, no lo sé, le da en la mano al rival. El árbitro pita penalti pero el balón termina entrando y nos da el gol”. Pues eso, ahí lo tienen.
Entonces llegó Pedro, que vio volver su tiempo aunque equivocándose de portería. En un córner rival queda el balón muerto cerca de los dominios de Chocho que pide el balón; pero Pedro no acepta órdenes y menos de un votante de Izquierda Unida y decide despejar el balón…hacia atrás. El balón entró de una forma bastante cómica y el universo le decía a Pedro que hay que estar en unas y otras. El ying y el yang de toda la puta vida.
Motor Carrera no se amilanó ante el empuje rival por empatar el encuentro y Víctor, en una gran jugada y mejor finalización volvía a distanciarnos en el marcador con un tiro cruzado. El alivió se notó en todos y más cuando una jugada por banda izquierda terminó con el “pase de la muerte” (nota: no sé por qué cojones se le llama así) que Luis, tras recortito algo ortopédico, convirtió en el quinto y definitivo tanto.
NOTA DEL WEBMASTER, DELEGADO, EXTREMO DIESTRO Y ADMINISTRADOR DEL GRUPO DE WHATSAPP: Para ser periodista de profesión el cronista habitual no está muy al tanto de la noticia ya que, además de perderse el tercer gol, confunde de orden el cuarto y el quinto. Y para mas inri en el cuarto, el de un servidor, distorsiona la realidad convirtiendo un melón en un “pase de la muerte” y un recorte y ejecución impecables en el resto de insidias que prefiero no repetir.
Poca historia más tuvo el partido desde entonces, sin hablar de una cesión “poco clara” de la que se rendirá tributo en las notas de (des)interés. Sí valdría destacar una gran jugada de Bar Castilla que terminó con tiro al palo y Chocho haciendo la estatua estudiantil. Entonces el colegiado hizo sonar su silbato a la vez que caminaba (todo un alarde de aptitudes para esta profesión) y enfilamos camino de buscar un balón que Pedro (joder con Pedro en este partido, estaba en todas) atisbó con su visión empresarial activada.
Datos de (des)interés:
- Gran asistencia de jugadores. Uno de los partidos con mayor fondo de banquillo que se recuerda. Pero como siempre, faltaron: Rober, en un claro ejemplo de poco compromiso y preferir estudiar a jugar al fútbol (habrase visto) y Marco, de nuevo en tareas paternas.
- En contraprestación, casi nula presencia de público. Las dos habituales, Rocío y Mar, tenían mejores cosas que hacer. Eso sí, como somos un equipo con fondo de armario, Lorena, pareja de uno de los beneméritos y cuñada del que esto escribe, dio la nota femenina al encuentro.
- Marcos, una vez oficializado su fichaje, ha decidido que ya no tiene que hacer méritos y no marcó ningún gol. Disimuló, haciendo como que quería, con un disparo al larguero, pero todos sabemos que era postureo. Esto lo aprovechó Víctor que con su doblete iguala al frente de la tabla. Luis y Pedro se estrenaron en esta temporada y Fernandito quiere apropiarse de un gol que fue en propia y que, como siempre, los dueños y señores de este vloj decidimos NO otorgárselo.
- Chocho no pudo (y ya van….) mantener su portería a cero. Un mano a mano bastante sencillito y un despeje de Pedro a la velocidad de un centro de Charlie fueron los dos balones que entraron en su portería sin que él quisiera hacer nada para impedirlo.
- Como los momentos cómicotaurinos son lo más esperado, esta semana hay partida doble. 1) Al llegar el gol rival que suponía el 1-1, un servidor de ustedes gritó “¡joder!”, expresión comúnmente utilizada para expresar fastidio, enfado o contrariedad y que el defensa Fer confundió con su nombre provocando la comicidad de gritos entre uno y otro. Uno para que no le echásemos la bronca y el otro, echándole la bronca por creerse que le estaba echando la bronca. ¿Lo han entendido? ¿No? Vuelvan a leerlo. 2) Este momento tiene que ver con la nula capacidad de Chocho de interpretar el bote de un balón que, en el aire, se movía con claro aspecto de ir a alejarse cada vez más de su posición. Su andar tranquilo hacia la pelota mientras iba hablando consigo mismo “pero si os he dicho que…” se vio cortado cuando ESE bote del que hablamos llevó el balón a la red. Entonces le salió un “nooooo” a la vez que, a cámara lenta (así lo viví yo al menos) estiraba los brazos inútilmente. Lo mejor, cuando recriminó que había pedido el balón y no le hicieron caso Lusiillo añadió: “ahí lo tienes en la portería, si te lo hemos dejado”.
- Hacía mucho que no hablábamos de los árbitros, pero la actuación del trencilla del este (no me atrevo a concretar un país de procedencia pero del este, seguro) así lo merece. Además de sospechas por parte de Marcos de que era amigo/conocido de los rivales, se sumó una no falta clara a nuestro equipo, que hablaba más que un psicoanalista argentino y que, en una cesión clamorosa del rival, decidió que no, que era un mal despeje. “Si da igual, yo siempre voy a acertar; hasta cuando me equivoco”. Con dos cojones y dos kilos de demostración latente que se puede uno conocer el reglamento y aplicarlo rematadamente mal.
- Tercer tiempo en la Cafetería Burgos, algo tan habitual como las derrotas del Estudiantes (jódete, Chocho) o los empates del Depor (jódome, yo).
Una crónica más de lo que fue un partido de trabajo y que supimos resolver. Como se nota que cuando estamos arriba el compromiso nos sale por los poros.
Escrito por: Xaime Méndez Baudot
Nota del redactor, delegado segundo, extremo, capitán y fan de la flamenca de whatsapp: Equivocar el orden puede suceder porque formo parte de la noticia, no soy un espectador objetivo. Lo que es una grave falta es escribir "pasa de la muerte" que, suponiendo que no se quiere hablar de un fruto envenenado, debería ser pase.
ResponderEliminarTambién añado que ese clamor popular es de Ultrasur, sector radical que fue expulsado por el presidente entre, otras razones, por sacar esa pancarta insidiosa contra el que más trabaja.
He dicho.