Existen batallas en las que el cómo trasciende al resultado final. Sin edulcorar: Motor Carrera perdió, cierto, pero se fue con la satisfacción de haber cerrado un año de lucha, una temporada de honra aunque, al final, sea sin barco.
El partido del año empezaba con poca combinación motorcarrerística, agarrotados en defensa y flojos en ataque, y un rival que sin prisa lograba llegar hasta tres cuartos de campo con relativa facilidad. Así llegó el primero, con un tiro lejano que el casillismo de nuestro guardameta convirtió en gol al tocar el balón con la mano tonta, la que algunos llaman ‘la desconocida’ después de sentarte en ella y usarla para placeres onanísticos. Quisimos reaccionar, como era el deber de las hordas blancas, pero las ocasiones no terminaban de cuajar y en un fallo en la salida del balón llegó el segundo mazazo. ¡Pumba! Y a remar aún más. Una situación que se complicaba cuando Chocho dudó entre culo y codo (es decir: entre seguir la trayectoria del balón o jugársela a que el delantero la tocaría) y eligió (de) culo. Es decir: 3-0.
Antes del descanso logramos acortar distancias merced a un disparo de Rubén al borde del área tras recoger el rechace de una falta lanzada por Pedro. Conexión defensa en Motor Carrera, como en sus mejores tiempos. Al igual que el Madrí cada vez que invoca el Espíritu de Juanito, a Motor Carrera no le sentó bien tener que remontar y aunque en el saque inicial casi pone el 3-2 fue una ilusión ya que la distancia con Míticos no sólo no se redujo, sino que aumentó. Cuatro y…cinco. Supimos terminar el partido luchando como si el resultado fuese 0-0, algo que honra al último tercio, aunque el resultado final no fuese el deseado. Hay veces que no se lucha para ganar, sino para dar ejemplo a generaciones venideras. Así sea.
Datos de (des)interés:
- Epígrafe nuevo para pedir perdón, como cronista, por la tardanza y por la brevedad. Los quehaceres de esta semana me lo impiden.
- Ausencias de Diego, salvaguardando el orden y la ley; Marco, aún de baja por cargar búfalos con una sola mano; y Luisillo, no sabemos los motivos aunque es posible que, una semana después, siga deprimido por su nueva edad.
- La derrota tuvo gran presencia de público. A Mar, que retornaba, le acompañaron Rocío, sin siesta; Julia, con gafe; Australiana, sin nombre porque no me acuerdo; Ana, rodando la secuela de ‘Una cordobesa en Madrí’; y lo que hacía ver que era un partido importante: ¡NOELIA! Aquella odontóloga que si no fuese porque ya la hemos visto pensaríamos que es una novia que Víctor se ha inventado, como aquellas de los pueblos y los campamentos de verano.
- La tabla de goleadores, debido a nuestro escaso acierto, sigue comandada por la misma persona. Eso sí, Rubén consigue no terminar la temporada con un rosco y se apunta un tanto.
- De la actuación del guardameta destacar que el casillismo es galopante. Lo que para muchos beliebers del marido de Carbonero sería un halago es, a ojos de cualquier ser de bien, el mayor agravio. Tanto reniega de la portería que para el próximo partido ha pedido que juegue otro.
- El momento cómico-taurino no lo tengo excesivamente claro. Si bien, dándome a la inventiva y a la literatura, es posible que fuese protagonizado por nuestra espectadora aussie quien, al ver lo que para España es ‘fútbol’ se sorprendiese al comprobar que el balón es esférico y no ovalado. Magia negra, seguro.
- Por fin un tercer tiempo en condiciones. El gran Fernando, de El Palomar, reabre sus puertas justo cuando llega el buen tiempo; señal inequívoca de que se acerca la temporada de terraceo que ya sabemos que en este equipo se alargan hasta que hay que ponerse bufanda.
Así doy por cerrada esta mini-crónica. No sin antes felicitar a Rubén, Roberto, Marco, Charlie (venga, por qué no), Luisillo, Fernandito, Chocho, Chechu, Pedro, Luis, Diego, Víctor, Álvaro, Marcos y autofelicitarme. Jrande Motor Carrera, una temporada en la que hemos luchado, en la que el parón no nos sentó especialmente bien pero que ha sido divertida y competida. Un honor y a terminar bien la temporada para pensar en el Trofeo Marca. ¡Fuerza y Honor!
Motor Carrera cayendo con honor.
Escrito por: Xaime Méndez Baudot
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