Ronda, por supuesto. Fútbol, ni siquiera ‘anti’. En esta rentrée del blog quiero, en primer lugar, agradecer a todos y cada uno de los miembros de Motor Carrera que pongan tan fácil el regreso. Si jugásemos de otra manera, si Charlie no siguiese reclamando asistencia de gol hasta de un saque de banda, si Chechu no siguiese acompañando jugadas o si Chocho hubiese decidido cantar –mierda, esto es novedoso- sería muy complicado escribir porque no habría base alguna a la que agarrarse.
Como sí lo hay, el partido de este domingo es una clara muestra de lo que semos y seremos: bebedores pro que, si se le olvida alguien darle el botón de ON, juega por inercia. Así sucedió en este encuentro que empezó medianamente bien, con alguna ocasión y sin que ellos llegasen con claridad a los dominios, figurados, de Chocho.
Hubo un momento en este tramo de encuentro en el que Fernandito creyó oír toque de corneta y decidió abandonar la defensa con la misma frecuencia que Cristiano va al peluquero (este es mi pequeño tributo a Blatter). La desorganización se quedó con MC, que no se diga que hacen mobbing a nadie.
Con una sosez propia de las victorias de Vettel, el tetracampeón (?) menos merecido, pasaban los minutos con un empate a cero que nuestro guardameta demente respondió como sólo los auténticos bolcheviques hacen: ¿Nosotros no marcamos? Pues ya ayudo yo al rival a que marquen uno ellos.
Dicho y hecho. Incluso pareció que, acorde con las artes de la psicología inversa, espoleaba a los hombres de blanco que respondieron inmediatamente por medio de Álvaro. Entonces sí que cambiaron las cosas. Eso sí que fue un cambio radical y no el de Belén Esteban. Motor Carrera empezó…a hacer lo mismo.
La autoridad competente pensó entonces “si a Chocho le funcionó el dejarse un gol…vamos a probar algo más difícil”. Los cronistas deportivos habituales lo llamarían “jugada desafortunada”, pero esto es un blog de onvres y se dirá una puta mierda. En los comentarios pueden calificar como quieran la jugada: pase de Rubén que ‘corta’ un defensa y que acaba, parábola y Chocho saludando a la parienta mediante, en la portería.
Así se fue uno al mini-descanso. Nuestra esquizofrenia fue clara allí: querer ir con los huevos por delante y descubrir, de repente, que nos los habíamos dejado en casa. Desastre tras otro sólo se vio algo de luz cuando Álvaro colocó el 3-2 en el marcador y quizá, sólo quizá, pudiésemos remontar.
Las expectativas, once again, superaron a la realidad. El equipo se descompuso (¿más? Sí, más) y comenzaron a caer goles por aquí y allá hasta llegar a cinco. Con ese número comenzamos a oler a panceta y sólo pedíamos que ese espectáculo dantesco (aquí mi tributo a Pedro Piqueras) terminase.
Por suerte nada es eterno, la colegiada ultramarina pitó y nos encaminamos a nuestro espacio vital: los bares.
Apuntes en sucio:
- Regreso del mejor blog que vuestras mercedes han visto y verán jamás. La petición es que cuantas menos veces tengamos que oír el propio día del partido “¿a qué hora?”, “¿qué camiseta”? o “¿en qué campo?” MEJOR para todos aunque un poco más para vosotros, que Luis, acabada la ingeniería, tiene más tiempo para pensar torturas.
- Siguiendo con el punto anterior: primer partido del año en los campos del Sporting de Hortaleza y debut de los despistados. Sangrante que haya grupo de guasap con el asunto claro y que, además, se escribiese esta mañana. Charlie y Álvaro, va por vosotros (lo cierto que no sé si Fer también se equivocó, lo cual me sorprende gratamente. Felicidades).
- Rocío ha demostrado que sigue siendo la fan más incondicional del equipo. Aunque desde el Ministerio del Amor se empieza a pensar que acude para asegurarse de que a su gato no le ocurre nada que lo invalide para la vida en pareja. Julia, otra habitual, también pisó los campos y hay que dar la bienvenida a Mar. Otra aeronáutica (este es el contra) pero que hace de delegada consorte con mucha clase y, además, ha sacado unas fotos tan movidas que no se aprecia nuestro mal aspecto.
- Como desde este blog sabemos el punto débil de todos, también del de Chocho, aprovecharemos para picarle y hablar de su actuación. Acostumbrados a sus actuaciones con los pies, una vez que decide usar las manos y regala un gol. En los demás no diré que pudo hacer más, pero hasta Casillas pararía más metido en su madriguera. Ahora, bolchevique, a llorar y hacer negacionismo en el espacio reservado para ello (los comentarios).
- Álvaro fue el único capaz de marcar (x2). También fue el protagonista del momento cómico-festivo del día junto al webmaster. Desde aquí, el redactor oficial aconseja a uno no reaccionar como los niños cobardes (si hay que pegarse, os pegáis y así hay ronda gratis después) y al otro pensar: Creo que este blog está plagada de alusiones al hecho de que Álvaro suele necesitar un balón para él y otro para el equipo. Sin acritud.
- Un tercer tiempo en el que Julia trajo magdalenas y que los modernos se empeñan en llamar “cupcakes”. Faltó la panceta, algo inusual y que espero no se vuelva a repetir, pero con una Estrella Galicia –ese bar sí que mola– todo se olvida mucho mejor.
Hasta aquí el regreso triunfal del blog. La esperanza es una mariconada, pero esperemos que sea lo último que se pierda.
Fin de la cita.
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