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RESULTADOS:        United 3 - 2 Motor Carrera

viernes, 28 de marzo de 2014

Faltó alcohol

Resultado V

Quitando que el Madrid entendió tres partidos de luto por Suárez en lugar de tres días -que alguien les saque de su error antes del finde por Dios-, Motor Carrera sí demostró el domingo que sabe ganar. A veces.

De regreso a los siempre bélicos campos del Sporting de Hortaleza, Motor Carrera se plantaba en el campo con la reminiscencia  (cinco minutos de cortesía para que los iletrados busquen ‘reminiscencia’ en el diccionario. Pista: lo uso en su segunda acepción. ¿Ya? Seguimos): Motor Carrera se plantaba en el campo con la reminiscencia de la noche anterior en la que se festejaba la entrada en los 28 del capitán-cronista. Había que dar guerra oliendo a whisky, con más sed de agua que Moisés tras pasar 40 años atravesando un desierto sin GPS y con la boca cual alpargata de José, el único que cuando dice “Chechu hijo” cree tener la seguridad de acertar.

En estas situaciones de alcoholismo desaforado y casi entrañable, el equipo con nombre de empresa automovilística se desenvuelve a la perfección o, al menos, disimula más bien que mal. Al menos, la mayoría, porque el delantero marrón faroleó con borrarse por un revuelto en el estómago y otro delantero, este venido del sur, no dio señales de vida después de asistir a una boda (palabras mayores en cuanto a borracheras se refiere).

Dejando a un lado el misticismo heroico con el que las camisas blancas llegamos al campo, comenzó el partido con un buen manejo de balón por nuestra parte. Traducido en cristiano: Chocho no sabía cómo pero las ponía todas al patapúm bastante bien. Excepciones hubo, como un par de jugadas por banda que podían haber acabado bien o no. Finalmente fue que no. Y en esas andaba la primera parte, con teatros varios y sudores con olor a alta graduación etílica, cuando Pedro tomó el balón en una falta casi en el centro del campo. Amagó el tiro, se la dio a Rubén que estaba más cerca de la frontal y su golpeo se coló en la portería rival gracias, amén de su disparo, al engaño que Diego realizó dejándola pasar por debajo de sus piernas. La dupla verde atacaba de nuevo.

Dispuestos a los retos, comenzamos a dejarnos hacer por el rival. Tantos años intentando meter mano que, a la mínima que nos rozan, permitimos como si nunca más fuésemos a ver el sol. En una jugada aparentemente poco peligrosa, un jugador rival llegó hasta línea de fondo y puso un balón al punto de penalti que, de forma bastante cutre, entró en la portería.

Así que ahí estaba Motor Carrera: 1-1 en el marcador y con más ganas de panceta que de balón. La primera parte, eso sí, no iba a terminar sin antes dejar el momento histórico-taurino del año. Chocho recibe una cesión que decide despejar con la uña del dedo gordo del pie. Charlie, que no conoce la expresión “nuestro campo”, andaba remolqueando (“¡pi-pi-pi-pi!”, declaró De la Rosa al final del encuentro) por el área rival. De esas que ve un balón venir del cielo y empieza a pensar que ésta es la suya. Que tantos días de bizantismo ilustrado por los campos  por fin iban a dar sus frutos. Que era ahora o nunca. Último partido, mi gol. EL gol. Así que acomodó la pierna para controlar y al notar el balón el suave tacto de su bota…se despegó de sus pies. Mal control. Charlie ya estaba empezando a recordar su árbol genealógico desde la décima generación cuando…¡EL MAL CONTROL ERA GOL! Había conseguido lo que se propuso un lejano mes de octubre: marcar al menos un gol en la liga. Lo consiguió el último partido y como sólo la gente de su clase lo logra: fallando. Eso porque, en la que tuvo más clara y sí remató bien, mandó el balón al larguero minutos antes. (aclaración sobre el relato del segundo gol en ‘Apuntes en sucio’).

Con el 2-1 favorable a los borrachos de Graf llegó el descanso y corrió el agua (¡a tope la fiesta!). Chocho volvió bajo palos queriendo repetir el pase a Charlie. Lo consiguió a los pocos minutos: Un balón a la frontal del área rival, y gracias a la colaboración inestimable del portero rival, Álvaro logró peinar un balón que acabó, despacico, convirtiéndose en el tercer gol de Motor Carrera. En ese punto nos crecimos, nos vimos con dos goles de ventaja y empezamos a creernos los amos del mundo con jugadas poco habituales en el equipo. Cierto es que el colegiado, cada minuto, tenía a uno de nosotros preguntando, más por miedo al jamacuco que por miedo al resultado, cuánto quedaba.

Y lo que quedaba era un balón colgado [NOTA DE LA DIRECCIÓN: con balón colgado el redactor se refiere a pase milimétrico del número 8] al área rival buscando, ¡de cabeza!, al jugador más bajito de Motor Carrera: a mí. No logré llegar al balón pero, sorprendentemente, tampoco el portero, quien decidió llevarse por delante mi cabeza y mi muslo. Penalti como un peaje de grande que el propio número 10 convirtió engañando sibilinamente al portero.

Aún hubo tiempo para más piscinas del rival y para que acortasen distancias al 4-2 para acojone general, ya que empezaron unos cinco minutos donde Motor Carrera no sabía qué hacer y ellos venían muy deprisa y muy a la vez. ¡Por orden coño!

Sin embargo, ya no se movería el marcador aunque ocasiones hubo. Como un disparo al palo de este vuestro mejor cronista, que fue reprimido por Víctor, que exigía que controlase el balón antes de golpear porque estaba igual de sólo que la mayoría de mis noches. Como el ingeniero es refranero y le gusta ese de “consejitos vendo que para mí no tengo”, se autoignoró para no controlar un balón cuando Álvaro le regalaba (¡ÁLVARO! Han leído bien. Más milagros del último día) un gol a un metro de la portería. Disparó tal cual le venía y el resultado fue…¡touchdown!

Acabó el partido enterándonos de la triste noticia de la muerte de Adolfo Suárez (algunos ya la sabían antes) y con la foto de familia de un año que, en lo futbolístico no ha ido del todo bien para un equipo que, recuerdo, GANÓ UNA LIGA.

Apuntes en sucio:

  • Las bajas del último encuentro corrieron a cargo de Marco, que ya ni a las despedidas aparece y Luisillo, buscando el ramo de novia que agarró tras un salto nunca visto. La delegación sur sólo tuvo representación en Rubén.
  • Las gradas de Motor Carrera se poblaron de envras. A las clásicas Julia y Rocío se sumaron Mar y, ojo al dato, una aficionada que viene desde las antípodas atraída por las buenas palabras que en Sidney se oyen acerca de las hazañas de Motor Carrera.
  • Chocho volvió por sus fueros. Paso de comentar nada porque no me acuerdo, aunque sí tengo en mente que el primer gol era un tiro bastante mierder y creo haber escuchado a nuestro portero karateka emitir un “¡noooo!” mientras entraba lentamente.
  • Álvaro acaba como pichichi del equipo la liga, con un gol más gracias a su cabezazo. Los hermanos Méndez empatan con siete como segundos máximos pistoleros (los hermanos siempre disparan dos veces) y cierra el pódium Rubén con cinco dianas. Un balance bastante pobre, todo hay que decirlo. Charlie, hasta que lean el punto siguiente, consigue marcar su gol y ya nos dejará tranquilos un rato.
  • La narración del segundo gol de Charlie puede cambiar si, como afirmaban algunas fuentes internas del equipo nada más producirse el gol, éste no hubiese sido obra de Charlie, sino de Chocho. Ahí lo dejo.
  • El arbitraje fue bastante gayer. Cualquier contacto era falta, cualquier piscinazo era falta. Cualquier “¡eh!” era falta. Y ya.
  • Rival quejicoso aunque majo con dos excepciones (que sólo eran quejicosos): el número 3 y el número 5 que, a todas luces, era el doble de Wayne Rooney aunque él se creyese Neymar al ejecutar un triple salto con tirabuzón a la derecha en una jugada en la que no pasó nada. Un equipo que se quejaba de que en fútbol…¡hubiese faltas! El xavirismo está haciendo un gran daño a este deporte, en serio. Como se defiende en este vloj: odio eterno al fútbol moderno. Si no se quiere contacto, ahí tienen el ajedrez que, además, desarrolla la mente.
  • 313 Ejemplo del piscinismo de nuestro rival de manos del NÚMERO 1 en ello
  • ·El tercer tiempo fue más largo de lo habitual para empalmar con el Real Madrid – F.C. Undiano Mallenco. Pancenta, lomo, cervezas y gintonics corrieron por doquier. Porque una cosa es ir de resaca y otra muy diferente, no beber un domingo. Hombre, por favor, que no somos de ninguna tribu amish.

Esta es la crónica del último partido de liga. Hay un mes para prepararse para el Trofeo Marca, nuestro verdadero objetivo desde que echó a andar esta temporada. El reto es pasar la primera ronda, nada difícil otros años, pero nunca conseguido.[NOTA DE LA DIRECCIÓN: pasamos un par de rondas con un portero estupendo parando penaltis] Se puede conseguir. Me despido. He dicho.

¡Fuerza y Honor a Motor Carrera!

1618483_10153975742015068_318776521_nMotor Carrera concentrado a 12 horas del inicio del encuentro

 

Escrito por: Xaime Méndez Baudot

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