Hubo un momento en que todo se torció y no fue precisamente durante el partido, sino antes. Mucho antes. Más concreto: el año en el que decidimos, inmersos en una espiral de tontez (benditas espirales), convertirnos en un equipo de fútbol con camisetas a juego e inscripciones de por medio. Ahí empezó el declive de Motor Carrera.
Aún es pronto para valorar si ha tocado fondo, pero por el bien del espectáculo esperemos que no. Supimos ganar, claro; ganar todo el mundo sabe. Este nuestro equipo reivindica el noble arte de perder. Por mucho, como una metáfora de la vida que te pega un collejón a la vez que te dice: cada vez estás más viejo, tarado.
Roger Murtaugh, el icono del viejismo elegante
Un año más viejos, como decíamos, comenzó la séptima temporada de Motor Carrera como equipo. Mismo municipio, mismo barrio, distinto rival; desconocido hasta la fecha: Celta de Vino. Un deportivista no hará mención alguna de ese nombre que busca originalidad en un club sin títulos de una ciudad sin color. A las 18.00 horas del Día de Espppaña ocho valientes hordas blancas llegaron a los campos del Sporting de Hortaleza. Si jugar bien consiste en fallar muchas ocasiones de gol (como se dijo de España ante Eslovaquia), Motor Carrera jugó de puta madre. Como aquí somos menos amigos de la poesía y más de la horterada de la pegada, resumiremos el encuentro diciendo que caímos 5-1, pero pudo ser 9-5 perfectamente.
Un partido sin dominador claro, con oportunidades por ambas partes terminó como los perdedores sinceros: encajando primero. Nos repusimos rápido para empatar el encuentro gracias a Víctor, que supo aprovechar un error rival para batir al portero chandalero, adelantado en exceso.
Pero lo que Víctor te da, Víctor te lo quita y provocó un penalti que el contrario se encargaría en transformar para irse al descanso con una ventaja de 2-1 justo cuando el equipo parecía que estaba empezando a encontrarse.
El descanso nos dejó fríos, no sólo por la lluvia, y tras las dos claras ocasiones de la primera parte falladas (ambas por parte de nuestro aeronáutico) continuamos la tendencia por solidaridad. Y porque somos malos. Ahí entra este cronista, que solo delante del portero y con el defensa más cercano tomándose unos vinos a la altura de Bilbao, tiró fuera. Lo sencillo era meter gol, menuda ordinariez. También se sumó a los fallos el fichaje de 2014/2015, suponemos que en una pretendida intención de integrarse lo antes posible a la dinámica, y desaprovechó otro mano a mano. Entre tanto, hubo tiempo para que los fallos en ataque lo fuesen también en defensa -no iban a ser menos- y así ocurrieron el 3-1, 4-1 y el 5-1 definitivo, contribución al marcador de un Chocho que paró varias ocasiones claras del rival, casi todas con los pies, demostrando que él no cambia, aunque su barriga sí.
Y así, con flato y otros dolores, nos dimos cuenta de que ya había empezado otra temporada. Un año más viejos, una derrota deportiva pero una victoria moral. Han leído bien, victoria moral. Nos sobra. Tanto tenemos que el próximo domingo volveremos, volveremos. Y que vayan poniendo ya la cerveza.
Datos de desinterés:
- Primer encuentro de la temporada 2014/2015 que será más corta de lo normal al ser un grupo de nueve equipos. Asistencia de ocho miembros del equipo por las bajas de Rubén y Luisillo por parte mostoleña, Diego con un esguince e imbuido del patriotismo de la patrona del a Guardia Civil y Marco en su vida de padre. Primera vez sin Álvaro ni Charlie en las filas del equipo que no les echaron de menos y siguieron haciendo lo mismo que con ellos en el campo. Eso es solidaridad.
- Estreno, encima como titular, del fichaje motorcarrerístico de 2014: Roberto, hermano de número 5. Lazos familiares que se extienden a la camiseta que luce, con un esparadrapo en forma de ‘1’ que convierte la camiseta de Fer, esa que no usa no por pijismo, sino porque no le entra, en el nuevo 15. Debut normal aunque, como ya se ha mencionado, fallando una clara ocasión como prueba irrefutable de que su sitio es Motor Carrera.
- Asistencia íntegramente femenina como público. A modo de corrida (de toros) de Jesulín, con la plaza abarrotada de mujeres, nuestra grada contaba con Julia (Batman en el día de ayer, con una voz de ultrasonido), Mar (la novia -yo mediante- de Luis) y María Rosa, alias MaríaRisas, que prometió acudir con pompones. ¿Vosotros los visteis? No, nadie los vio porque incumplió su palabra.
- Chocho empieza el año con cinco goles en contra. Curioso resulta que aún encajando tantos goles haya que resaltar su buena labor bajo los palos, nos hubiese caído un aguacero peor que el del sábado si no fuese por sus eternas piernas. El día que descubra que el portero puede tocar el balón con las manos, nos lo roba el Madrí.
- En el apartado de goleadores un único apunte: Víctor. Se estrena como único goleador ya que todos los demás nos pusimos de acuerdo para no sumarnos, todavía, a esa lista. Nuestro emisario en Texas puede estar tranquilo, no ha habido ningún asistente ya que el “pase de gol” a Víctor fue de un rival.
- Tercer tiempo en el chiringuito La Panceta. No se llama así pero a quién coño le importa cómo se llama de verdad. Es el bar donde se come panceta, aunque ayer sólo se vieron Aquarius de marca blanca y la mejor cerveza del planeta: Estrella Galicia.
Así nos fuimos a casa para disfrutar del único partido que pudo hacer sombra al sopor de una noche de domingo: el apasionante e imprescindible Luxemburgo – España. Si eso no fue emoción yo ya no sé… ¡Salud!
Faltó acierto de cara al gol
Escrito por: Xaime Méndez
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