Motor Carrera: Winter is here

Del gran número de lectores que esta página tiene y que a este redactor le suben el ego surgió una queja con la misma intensidad con la que apareció la alopecia en sus sienes. Porque, seamos serios, ¿hay algo más importante que aprovechar tu poder para dejar constancia de una crítica que ni te va ni te viene? Probablemente no.

Juego de Tronos es un poco gallega a la hora de especificar que sí, que el invierno va a llegar, pero no te diré cuándo. Por eso pilló más de sopetón ver pingüinos pasear por los campos de Luis Aragonés minutos antes de que desplegásemos nuestro fuego entre la helada, cual divisionario cabreado. Porque el partido empezó con un dominio absoluto de Motor Carrera, con jugadas por ambas bandas que no tardaron en materializarse. Una dejada a Víctor en la frontal del área se convirtió en el primer gol tras un gran disparo del ingeniero hidalgo y, sin tiempo para hacernos a la idea, tendríamos la segunda muesca en nuestro revolver: una falta en la frontal del área para el perfil de Pedro o zurdo. En esta ocasión, la clásica charla Pedro-Xaime tuvo un desenlace poco habitual: tiraba el capitánredactor. El disparo fuerte y raso se convirtió en el segundo tanto después de que Víctor, que nunca pensó que esto quedaría escrito, se abriese de piernas.

Con un defensa que encadena grandes partidos consecutivos que no dejaba pasar una y con otro haciéndole compañía (ahí lo lleváis), Old School no tenía casi presencia en ataque y para terminar de remarcar que una defensa concentrada es un pilar básico de éxito, un fallo en esa línea rival sirvió para que este servidor marcase…¡de cabeza! Algo tan raro de ver como un unicornio alado siendo montado por un hombre lobo. Jugar con 3-0 a favor da tranquilidad. Es como si antes de irte de copas ya has follado; sales igual, pero la presión la tienen los otros. Hablando de follar, el benemérito Diego decidió usar la versión sonrojante de follar para dejar tirada a la defensa rival con un recorte en una baldosa y aunque su disparo lo rechazó el portero, Víctor andaba por ahí para coger el balón y poner el 4-0.

Pero las tradiciones están para respetarlas y aunque jugábamos bien haciendo combinaciones de banda e incluso regates, Motor Carrera tira al estilo rústico en cuanto tiene ocasión. Así, un balón largo de Luis (portero de circunstancias en este caso) se convirtió en gol con sólo un toque de cabeza de Marcos, que superó al portero rival en una salida que, si no hubiese sido por lo que el propio Luis hizo minutos antes, sería el casillismo del día. Pero no. Luis es tan crítico con Iker que ilustra con ejemplos lo que él critica, a saber: balón colgado al área, portero clavado en la portería y pelota que entra por indecisión. Ese fue el lunar de la primera mitad, aunque el 4-1 no detuvo las ansias de golear y, de nuevo Marcos, convirtió en gol un saque de banda.

Del credo casillista, este es el punto 1. Resumen gráfico de Luis.

Al descanso se llegó con 6-1 y Pedro pidiendo al árbitro poco descanso para no ser conscientes del frío que hacía. Había que contemporizar, una palabra que no todos entienden pero sí su esencia: dejarse llevar. Una mitad que sobraba, más fea en cuanto a juego pero con alguna buena ocasión que, ya más en nuestro estilo de otros años, fallábamos. Entonces llegó el segundo día de la creación de Luis, que por lo visto creyó que no era suficiente con un ejemplo de casillismo aislado y quiso repetir. “¿Queréis a Casillas? Pues tomad dos tazas”, se le oyó musitar mientras un balón que venía llovido desde el centro del campo se coló por debajo de sus piernas previo roce de cabeza de la muchachada por ahí congregada. Entonces se oyó el gran comentario rival: ¿Por qué no hemos jugado así la primera mitad? No quiero desilusionar, pero un único gol por error del portero no es jugar bien; aunque no incompatible con la victoria. Pero en este caso sí, lo era. Y mucho. Era un 6-2 lo que suponía ese gol, chicos.

A Diego le debió entrar mono de marcar. Un delantero que no ve puerta es muy peligroso, que se lo digan a Luis Suárez, por lo que se empeñó en marcar y así fue. Ocasiones y bonitas jugadas con Marcos mediantes, una internada por banda izquierda terminó con el Méndez mayor en el área rival con la misión de batir al rival. Y ya se sabe cómo es el Instituto: lo que se ordena, se cumple. Gol y suspiro de alivio, ya sólo está a un tanto de Luis Suárez en Liga. Y siendo un fichaje mucho más económico. Con el 7-2 ya sólo faltaba que el colegiado nos dejase marcharnos a beber cerveza, lo cual ocurrió cinco minutos después del último gol aunque no sin antes recordarle a Luis que la cara también está para detener disparos.

Datos de (des)interés:

De nuevo Rubén fue baja; en esta ocasión al servicio de España y no de su chavala. También se ausentaron Roberto, con fiebre; Marco, ya se hace repetitivo decir por qué; Álvaro, por un esguince del que nadie pidió justificante médico; y Chocho, que se fue a disfrutar de las canarias (en minúscula, a ver si lo pillas).
En cuanto al público, y haciendo gala de mi imparcialidad mundialmente conocida, me tomaré la libertad de afirmar que una única asistente que se ha ganado el premio a la valentía. Bea (¿veis? Imparcialidad) desafió al frío y a las pocas horas de sueño para plantarse embutida en abrigo, bufanda, guantes y mantas improvisadas con sudaderas en el banquillo de Motor Carrera. Una actitud que es la que se quiere en Motor Carrera y por ello tiene el reconocimiento de este, nuestro Vloj.
Buena jornada para los goleadores del equipo. Tanto el pichichi, Marcos; como el segundo, yo mismo, anotaron dos goles. A la moda del doblete se apuntó también Víctor, que logra empatar con su primo en el tercer puesto pero no le supera simplemente porque los padres de Álvaro pensaron que en una lista ordenada alfabéticamente su hijo siempre sería el primero en caso de empate. Acertaron. Además y como se ha relatado en la crónica, estreno goleador de Diego esta temporada. Tardía aparición pero esperemos que no sea la última. Parece, no obstante, que hubo un error y Víctor lleva OCHO goles, por lo que sería tercero sin necesidad de desempate alfabético.
Novedades en la portería. Como Chocho andaba por las islas, Luis hizo de portero. Despejó un par de balones, paró una con la cara y vio cómo un disparo iba al palo. Además de eso, encajó dos goles por contagio del mal del Santo. Eso sí, estrenó guantes; algo que el portero titular envidiará.
El momento cómico-taurino del día está difícil. Quizá la dificultad de Álvaro por recordar, 10 años después, el nombre de sus amigos sería importante. Pero no podemos olvidar que Chechu dejó su agilidad felina a un lado para no apartarse de un balonazo que ni su frondosa cabellera pudo frenar. La peluca no es infalible.
Tercer tiempo en el Burgos. Víctor comiendo la tapa de todos, algunos dándole al estómago por no haber comido, todos con cerveza… Vamos, lo de siempre. Que es bien. Porque Motor Carrera podrá perder algún partido, pero no sus ganas de beber. Faltaría más.

Segundo partido de la segunda vuelta y segunda victoria. Este 2/2 no nos debe cegar y llenar de falsa sensación de victoria. El objetivo final está lejano, somos propensos a cagarla y hay que hacer una cosa sí o sí: ganar a Míticos de la Curva. Pero, eso sí, brindando por lo logrado se cierra la crónica de la 10ª jornada de Liga.