La crónica más larga jamás contada debe empezar con una declaración de principios: mi memoria no es la misma un miércoles que un lunes. Sí recuerdo que a las 15.00 del domingo, una de las convocatorias más numerosas de Motor Carrera se desplegaba sobre los campos del Sporting de Hortaleza pensando en la victoria, claro, pero más en la panceta posterior.
El partido comenzó con control motorcarrerístico. Una escasa presión del rival permitía que los defensas, Pedro y Rubén -que regresaba a una convocatoria-, pudiesen pensar y repartir juego. Así llegó el primer tanto, con Rubén caminando tranquilamente con el balón hasta casi el centro del campo, una diagonal de este vuestro redactor más modesto y un pase que atravesó el campo en dirección a la bota izquierda del ‘10’. Control y disparo cruzado que se convirtió en el primer gol al poco de comenzar. Empezaban bien las cosas y no parecía que el rival fuese a crear demasiado peligro. Pero en la confianza excesiva está el error, y una jugada del contrario con poca tensión competitiva (como se encargaba de recordar el número 4) permitió al otrora boxeador de Match to Match plantarse delante de Chocho y marcar a placer.
Un partido que por sensaciones parecía hecho estaba 1-1 en el marcador. Pero entonces apareció el pichichi, otro que se queja de la poca extensión de sus jugadas en el campo. Es lo que tiene ser un finalizador, que un remate de cabeza no tiene mucho que rascar. Habrán adivinado que su gol (goles, pero ya llegaremos) fue con la cabeza. Un saque de esquina (¿adivinan de quién?) que el indioingeniero remató con toda la fuerza de su frente para volver a poner a Motor Carrera por delante. Entonces comenzaron las jugadas sin final, los disparos desviados, más ‘córneres’ a nuestro favor. Entonces llegó el momento que todos esperamos, ver cómo Motor Carrera siempre tira al momento, once again. Rustic style propone y Chocho y Álvaro disponen: un saque en largo del portero demente sólo necesitó un toque de Álvaro, con la cabeza, para acabar en la portería. ¿Para qué más? ¿Hay mayor belleza que no gastar esfuerzos en marcar gol? No contesten que ya lo hago yo: NO.
Con 3-1, un resultado más acorde con lo que se veía en el campo, llegó el descanso. La reanudación no pudo venir mejor con dos goles casi seguidos; el primero de ellos, de nuevo con la cabeza de Marcos tras un saque de esquina. Su gol tuvo tensión, ya que tocó palo antes de colarse en la portería. El siguiente, del benemérito sotorrealino, segunda jornada consecutiva marcando, lo que es una buena señal para el equipo. Dentro del área recortó a dos defensas, muy Karim, y fusiló al portero.
Con 5-1 se dio otra de las grandes verdades reveladas de Motor Carrera: todos a tirar porque ya sólo queda marcar. Pedro casi lo consigue con un disparo a bote pronto desde casi el centro del campo que salió a la misma velocidad con la que reparte millones, un servidor probó suerte sin suerte, Luisillo también tuvo un tiro que no tuvo final feliz. Y entonces, en otro córner (tres goles de córner porque Motor Carrera sabe usar el balón parado) un saque raso de Luis al punto de penalti permitió al capitán sellar el 6-1 definitivo. El control era absoluto y sólo quedaba que los minutos pasasen; se hizo un amague de fútbol de toque cambiando el balón de banda a banda a través de los defensas. Pitó el final el joven trencilla y comenzamos a salivar porque ese silbato era para nosotros como el de la campana de Pavlov. Comenzamos a salivar por la panceta y dimos la mano al rival antes de que pensásemos en arrancársela.
Datos de (des)interés:
- Las bajas de Motor Carrera corrieron a cargo de Fernandito, que entró en las Islas Canarias en sustitución de Chocho; Roberto, del que este redactor no tiene datos para explicar por qué y Marco, trabajando en su prole. Eso supuso que los asistentes al partido fueran 11, un gran número.
- Las gradas del equipo volvieron a tener la presencia de Mar, falta en el último encuentro (lo cual es noticia). A ella se sumaron Julia, que definitivamente rompe su gafe, Lorena, cuñada de postín y Rocío, que sigue la línea que se marcó: “Una vez al mes no hace daño” (no rima, pero es así).
- Los dos máximos goleadores del equipo siguen a la misma distancia, 1 gol, ya que ayer tanto Marcos como aquí, yo, marcaron sendos dobletes. Álvaro, esta semana sí, empata con su primo y asciende al top 3 gracias a que su nombre empieza por A y no por V y Diego, el otro goleador, supera a los monogoleadores y se planta con 2.
- Chocho regresaba a la portería con la ilusión de estrenar guantes. Nada pudo hacer en el tanto del rival (aunque, una vez más, no deja su portería a cero y van…) pero sí detuvo un par de jugadas sueltas de Match to Match. El Zamora sigue siendo Zamora.
- Difícil elegir el momento cómico-taurino de la jornada. De hecho, Álvaro propuso uno en las cervezas pero mi memoria no lo retuvo. Le ruego encarecidamente que lo aporte en los comentarios de esta entrada.
- El tercer tiempo volvió al bar del Sporting. Tras ver cómo nos echaban de allí al estar fregado la última ocasión, el sol permitió disfrutar de la terraza, cerveza Estrella Galicia y bocadillos para todos. En cuanto el astro rey decidió esconderse, todos para casa antes de ponernos enfermos.
Así fue como Motor Carrera se ha colocado líder de la clasificación tras la derrota de Míticos de la Curva. Una posición que tomamos antes del parón de dos semanas (tras ellas, seguramente volveremos a aparecer segundos, aunque con un partido menos). Una posición que no debe hacer que nos relajemos, sino todo lo contrario: que mordamos como nunca para ganar…también como (casi) nunca. Fuerza, chavales; nosotros podemos.
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