Dos palabras, diez letras. Pronunciadas por el único representante en el día de hoy de las fuerzas de seguridad del Estado le dan fuerza de ley; y no seré yo quien le lleve la contraria.
- Acudió a los campos Luis Aragonés el ex jugador de MC Sebas a presenciar el encuentro. Lástima que su regreso con sus amigos fuese tan triste, aunque al menos se echó unas risas a costa del gafas de negro, algo que sabemos que vale más para él que cualquier paliza balompédica.
- Volvió Chechu a las labores de entrenador con poco éxito, aunque con mucho movimiento de banquillo –y eso que era escaso–.
- La 2013/2014 está siendo, con diferencia, la temporada de las lesiones en MC. Víctor y Rubén se han sumado a esta lista de la que salió, aunque con poca fortuna por el dolor, Charlie, que participó en el partido y lo cual parece una temeridad más que una hazaña. Eso sí, suma dolor de hombro por aquella chilena ya comentada. A esas dos ausencias se sumaron Marco, ejerciendo de padre en la distancia, y Fernandito, en paradero desconocido.
- En la tabla de goleadores sólo el abajofirmante avanza con su tanto de hoy, aunque cerca estuvieron otros.
- El portero karateka acostumbra a tener su apartado, pero hoy se resume así (por no hacer sangre):
- Siempre usamos un punto para hablar del árbitro. El “¡puto inútil!”, según un Méndez; pero para el gafas sería poco. Comenzó llegando lesionado a arbitrar, una lesión que, desde el Ministerio de Propaganda de Motor Carrera, suponemos mental y visual por su más que deficiente tarea de arbitrar durante los 50 minutos. Una colección de errores, faltas no pitadas, permisividad con el reglamento (excepto para revisar las redes, no fuese esto a ser la final de la Champions League en Wembley y no nos hubiésemos enterado) y punto final dejando sacar una falta antes de pitar –no habían pedido pasos, pero tras una expulsión se reanuda el juego con el silbato– que supuso el último gol. No perdimos por él, pero este tipo de árbitros es de los que desespera y acabas pagándolo con el rival por no darle a él. Sin duda, el peor en 6 años jugando en estos campos porque una cosa es ser ciego y tener una concepción extraña de las faltas y otra ser un acojonado que decide no pitar faltas o echar a alguien por miedo a saber qué. Oyó perfectamente el “¡eres un puto inútil!” tras cortar un contraataque por pitarnos una falta 5 metros más atrás (manda cojones, que diría el embajador en Londres) y oyó al portero rival llamarle de todo tras expulsarle con azul. Las dos jugadas merecerían roja, pero ¿qué esperar de un árbitro que no contesta a preguntas?”. En fin, dejémoslo aquí. Le animamos a que lea el reglamento de nuevo y vea fútbol. ¡De todo se sale!
- Tercer tiempo en cafetería Burgos. Clásico. El redactor comió a las 7.15 de la tarde en un horario ya ni Mediterráneo y dimos cuenta de cerveza, aunque quisieran cobrarnos una de más.